"¡Sal de mi cabeza!" | One-Shot, TownEak TERMINADA

ONE SHOT TOWNxEAK 1/4

La puerta principal se abrió, dejando ver a un chico de cabellos cenizas, en la cara de este se mostraba estrés y una que otra pizca de ira.

Camino por el pasillo, en las paredes colgaban fotos de él y su novio. Bueno, ex novio.

Él y el león se habían peleado hasta tal punto de romper aquella relación que había durado, mas de un año.

Enojado, agarro entre sus manos el jarrón de flores estrellándolo contra el suelo, dejando escapar toda la ira y el dolor en un dolor golpe.

—¿Por que?— se cuestionaba una y otra vez.

Después de destruir todos los recuerdos que tenia con Towntrap y beber hasta pasarse de copas, se dejo caer en el sillón empezó a llorar, sentía las lágrimas agrias bajar por sus mejillas.

—Eak— una voz dulce hizo que levantara su mirada.

Ahí estaba él, estaba enfrente de él dándole una sonrisa. Esa sonrisa que amaba Eak.

—¿Q-que haces aquí? — le cuestiono sonriendo— Pensé que te habías cansado de mi.

El de cabellos cenizas se paro poco a poco del sillón, lo único que quería era abrazar al león anaranjado. Pero al extender sus brazos, desapareció.

Su cuerpo se fue como la brisa del viento.

—¿Q-qué?

No entendía, ¿A donde se había ido? Si hace unos segundos él estaba ahí mismo. Enfrente de él.

—¡Eak Carnal!— gritaron detrás de él.

Se giro viéndolo de nuevo, ¿Como fue posible que el anaranjado había dejado la habitación y aparecido en otra parte?

—¡Te quiero!— le grito sonriendo mientras veía como sus mejillas se tornaban carmesí.

—¡Yo también te quiero!

Eak corrió extendiendo los brazos para querer sentir el cuerpo del león. Pero al igual que hace unos segundos.

Desapareció.

—¿Qué me esta pasando?— se pregunto Eak agarrando su cabello desesperadamente.

De reojo vio el cuerpo de Towntrap, se giro completamente viendo como el anaranjado  bajaba la mirada mientras frotaba su mano izquierda en su brazo derecho.

—No estoy molesto Eak— le hablo entrecortado—, solo no me agrada que estés mucho con ella.

Ahí llego a entender. Eso le había dicho hace una noche antes de romper con él.

—F-fue mi error— le hablo sintiendo como sus ojos se llenaban de lágrimas —, y-yo no quería l-lastimarte.

Al solo avanzar un paso, tanto el recuerdo como el cuerpo se desvanecieron en el aire. Sus ojos se llenaron de lágrimas, el dolor se extendía por todo su pecho, le costaba respirar.