"El café de tus ojos sigue provocando que te encuentre en todos mis sueños "
No recuerdo muy bien el año en el que todo esto sucedió y no pienso salir de mi abrigada cama solo para tratar de buscar esa fecha, porque se que no la encontraré y sera en vano el tratar de recordar eso.
Pero lo que no se me olvidara jamas es que fue cuando yo aún era niño, ¡si!, muy niño.
Quizás debía tener once o doce años, era una tarde normal, hacía frío como comúnmente pasa siempre en Quito, jugaba muy tranquilo con mis amigos de la calle y no tenía una chaqueta ni saco, solo estaba con una camiseta y mi pantalón amarillo, como me gustaba ese pantalón, me lo ponía casi siempre, ya por tanto uso que le había dado estaba un poco deteriorado pero eso no importaba, me lo seguía poniendo de igual forma.
Hasta ese momento no habia pensado ni quería algo con las niñas ¿Si me entienden no?
Pero fue justo ahi que la vi, ¡Que guapa! Parecía sacada de un cuento, era tan linda, recuerdo que me llamo mucho la atención pero no le di mucha importancia, vivía a 10 metros de mi casa y sabía que la iba a ver seguido.
Seguí jugando con mis amigos, pero nunca falta "el galán", el tenía una hermana, lo cuál le facilitaba los acercamientos con las niñas.
Y fue así que paso, este pana mando a su hermana a hacerse "amiga" y preguntarle el nombre a la niña nueva.
De verdad, lo juro, a mi ese asunto de tener novia no me interesaba, yo solo me concentraba en marcarle un gol al gordito de la calle.
Vi que "el galán" seguía mandando a su hermana a preguntarle cosas a Ámbar (En ese momento no pense que ese nombre se convertiría en lo más bonito que me pudiera haber pasado), yo seguía en lo mío, pero justo ahí fue cuando todo esto empieza, una simple pregunta de niños que quizás hasta cierto punto fue inocente dio un giro sumamente rotundo en mi corta vida.
Le preguntaron a la niña nueva que cuál de todos los niños que estaban jugando fútbol le parecía lindo (obviamente "el galan" quería que ella dijera su nombre), cuando la amiga de su hermana vino hacia mi y hasta corto una jugada peligrosa que podía terminar en gol, !si!, en gol.
Fue ahí cuando con cierta vergüenza ella me dijo al oído la respuesta.
A ella le parecía lindo "El chico del pantalón amarillo", ¡EL DEL PANTALÓN AMARILLO!, ¿escucharon bien? ¡¡¡Era yo!!!
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El café de sus ojos
Non-FictionUna historia de dos personas que encontraron un verdadero amor y que después de muchas situaciones complicadas lograron lo que mas querían, ir juntos de la mano por el mundo. Oh al menos eso hubiera querido...