Capítulo 2

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Capítulo 2

Harry esa tarde había pasado por casa de Liam a mirar la película luego de telefonearle a su madre. Ahora había decidido caminar un poco por la ciudad, en busca de alguna distracción. Justo en ese momento pasaba junto a una fuente con una figura de lobo, lo que le recordó el grandioso dibujo que había hecho esa mañana. Sonrió. La estatua estaba aullando, pero envés de hacerlo, escupía una considerable cantidad de agua. Era hermosa la forma con la que habían construido aquella obra de arte. Se sentó en el lugar y, tomando su mochila, sacó cuaderno y lápiz. Tenía la necesidad de dibujar aquello.

Empezó trazando líneas cualquieras, para luego ir uniéndolas con unas segundas y terceras, mientras de vez en cuando hacía la técnica de sombra, para darle algo de realidad al dibujo. Una vez más el tiempo para Harry se había detenido. Las personas no existían, sólo él, su lápiz y aquella hoja de papel. Mordía su labio, mientras miraba y dibujaba la estatua. Por un momento pensó que estaba listo cuando acabó, pero sentía que a aquel dibujo le faltaba algo, algo que le completara. Algo que en realidad sí lo hiciera verse y sentirse completo. Harry no sabía qué era, pero decidió imitar lo que en la mañana había hecho. Tomó el lápiz con firmeza y empezó dibujando el pico de lo que luego se convertiría en un águila. Por una extraña razón Harry sentía que esos dos animales juntos se sentían muy bien, se veía muy bien, y se completaban. Era algo absurdo, pero para él era hermoso.

Cuando terminó miró a su alrededor, y quedó sorprendido cubriendo su boca con una mano. Había centenares de personas que lo miraban mientras éste dibujaba. No se había percatado mientras lo rodeaban, ya que estaba cien por ciento concentrado en su obra. Las personas pronto empezaron a aplaudirle. Había mujeres, hombres, niños e incluso ancianos quienes lo miraban con una hermosa sonrisa. Un leve color carmesí se hizo presente en los pómulos de Harry, mientras sonreía también. Empezó a guardar sus materiales mientras la gente se alejaba del lugar. Cuando todo estuvo dentro de su mochila, una mujer de cabellos naranja y unos intensos ojos verdes se acercó hasta él.

–Hola. –Saludó la chica.

–Hola– respondió el rizado al saludo.

–Mi nombre es Noah.

–Oh, un gusto. Harry.

El rizado el extendió la mano educadamente, la cual la chica estrechó con una amable sonrisa. Su mano era tan delicadamente suave, como la de un pequeño bebé.

–Estuve ahí de pie desde que empezaste a dibujar. Es magníficamente maravilloso el talento que tienes. –Comentó la pelirroja con una sonrisa.

–Gracias. De verdad.

–Me detuve porque sé que tienes talento. Hubiera simplemente mirado e irme enseguida, pero no... No lo hice... Porque sabía que debía quedarme.

–No lo entiendo. ¿Por qué?

–Estoy en una enorme academia de arte. Creo que te agradará el que ingreses ahí.

Harry rió por un momento. No era mala idea, pero no tenía el dinero suficiente para pagarla. No había nada que le apasionara más que dibujar. Amaba eso. Buscar transmitir un mensaje en cada uno de sus dibujos. Aunque debía admitir que esos dos últimos aún no tenían sentido. Sólo un lobo y un águila. Para él... no le transmitían ningún mensaje.

–No estoy seguro si pueda pagar esa academia– dijo el rizado.

Noah reventó en una carcajada.

–Oh, vamos. Ese no es problema. Es completamente gratuita. El estado civil y el gobierno le pagan por sus servicios gratuitos. Sólo debes pagar si puedes.

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⏰ Última actualización: Apr 25, 2017 ⏰

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The Fate of the Stars || Larry Stylinson || Ziall HoralikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora