Recuerdo el día lluvioso, donde mi vida cambio rotundamente, solo unos minutos bastaron para destrozar todo mi mundo y llevarse mi felicidad.
-¡MAMÁ DESPIERTA, NO ME DEJES SOLO! Tengo miedo...-
Suplicaba a gritos y a llantos con una voz tan rota como mi corazón al verla en esa condición, donde no reaccionaba y la lluvia removía la sangre que provenía de su golpeado cuerpo.
No me encontraba en capacidad de notar el tiempo que tardaron los órganos de seguridad competentes en llegar al evento con una ambulancia, por lo que me sorprendí al ver a un paramédico acercarme a mi inconsciente madre y a mi. El esbelto hombre, de cabello azabache, le tomó el pulso y yo asustando vi su trabajo, que continuó con reanimación cardiopulmonar.
-lo siento, pequeño-
Murmuro al no obtener respuestas y mis lágrimas aumentaron mientras tiraba de mi cabello con fuerza y soltaba gritos de frustración, dolor, pánico. Estaba completamente solo, había perdido a una única persona que velo por mi bienestar desde que me recibió en sus brazos jugándome el amor más hermoso y sincero del mundo. Amor de madre, un amor eterno.
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Han pasado tres difíciles años desde el accidente. Viví con mi tía. Todos ese tiempo que se baso en soportar sus problemas de ira, que terminaban en golpes y maltratos constantes. Un día se acerco agredirme con un cuchillo, alegando que: "Soy un demonio y el culpable de que mi madre muriera", me defendí, hubiera muerto sino fuera sido de esa manera. Meses después del suceso, me interno en un manicomio, por intento de asesinato, aunque, no le hice daño. Pero ella uso las cortadas de mis muñecas y el accidente como una prueba de que no tenía una salud mental estable.
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No recuerdo la última vez que salí de esa inquietante habitación, todos los días me culpo por lo ocurrido. Mi Tía tenía la razón, si no nos fuéramos detenidos en esa gasolinera, por que tenía hambre, esos hombres no nos habrían perseguido y ella no hubiera acelerado...
"¿Todo es mi culpa? ¿Yo asesine a la persona que más amaba? ¡Yo merezco ser infeliz!" Esas incógnitas me llenaban de dudas que no me dejaban continúan, aunque, mi psiquiatra Lee JinKi, intentara de todo para que recuperará mi vida, pero... Ya no quería continuar viviendo, no tenía una razón para eso, no le importaba a nadie, no había nadie que me extrañara.
Sin más que alegar a la lista del ¿Por qué me encontraba en la azotea del manicomio? Respire hondo y deje mi cuerpo caer a grandes velocidades sintiendo como todos los problema y el sufrimientos se iban desvaneciendo. Mi último recuerdo de ese mundo fue un tranquilo y hermoso cielo azul antes de sumergirme en una inmensa oscuridad.
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-despierta, despierta ChimChim- una dulce y conocida voz resonaba en mis oídos. Abrí los ojos lentamente y me sorprendí al encontrarme en un amplio campo donde estaba ella, con los brazos abiertos, dándome la bienvenida. Me levante con rapidez y corrí, corrí con todas mis fuerzas, a esos delgados pero cálido brazos. Las lágrimas bajaban por mis mejillas, me aferre a su cuerpo y sentí como una sonrisa aparecía en mi rostro, "Recupere mi felicidad".
-te extrañe mucho-Susurro acariciando mi cabello y acompañado mi llanto, nos dejamos caer sobre el césped y cuando estaba por responder una gruesa voz termino nuestros reencuentro.
-¿Acabaron? Tú no perteneces aquí Park JiMin-Me volví hacía la persona de dicha voz y no entendí por que el agarré de la mayor se hizo más fuerte, al cruzar miradas con ese chico, pelinegro, de piel extremadamente palida y profundos ojos gatunos.
-Es hora de irnos-
Eso es todo, espero que les haya gustado. <3
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El Fin del dolor
FanfictionEsta historia la hice por diversión. Espero que sea de su agrado.