Capitulo 0: The bull

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  Mi paraguas se mueve conmigo mientras camino, llueve pero prefiero sentir la lluvia. No importa si nos mojamos, pequeñas gotas de lluvia nunca han matado a nadie. Además resulta hipnotizante la estela de partículas que dejan los impactos lenta y dolorosamente, es hermoso verlo desde mi perspectiva e intensifica el color rojo en la humedad del frío. 

Camino por los restos de este antiguo parque de diversiones,mientras mis zapatos se mojan cada vez más por cada charco que piso. Los juegos y las cosas pasan a mi lado como siluetas borrosas. Puedo imaginar fácilmente las caras de todos, todas las personas que estuvieron aquí, compartiendo momentos especiales y divirtiéndose juntos.Abro mi paraguas y aprovechando el impulso que me da el viéndome dejo llevar hasta la cima de la montaña rusa, mientras subo sostenido por mi mano derecha puedo observar como mis pies van dejando gotas en el aire.

 Las cosas se hacen cada vez más pequeñas conforme voy subiendo, planeo perfectamente hasta llegar a la cima de este enorme monstruo de metal aunque no es la clase de monstruo que estoy buscando. Desde aquí puedo ver mejor y encontrar al  mino tauro.No lo veo a él, solo puedo divisar un camino lleno de desastres a través del parque, desde la entrada hasta llegar al carrusel. A pesar de la distancia puedo ver los caballitos del juego, son realmente bonitos. Pero no puedo recordar la última vez que mi madre me subió a un carrusel, sacudo la cabeza tratando de encontrar ese recuerdo pero me detengo al pensar en la realidad. 

Esa vida ya no es mía, y por más que lo intente no voy a recordar nada.No puedo dejar que la criatura los destruya. No cuando hicieron felices a muchos niños. Tengo que matar al mino tauro, tengo que proteger el carrusel de los niños, los caballos hermosos.Abro mi paraguas de nuevo y despego los pies del monstruo de metal, planeo hasta donde está el camino que dejó nuestro peludo y próximamente muerto amigo.

 Limpio mis gafas con la mano, el estilo que me brindan, es genial,los reflejos blancos hacen parecer que soy una persona que tiene algo que ocultar, algo oscuro y peligroso.Una vez que toco el suelo camino con la duda entre los pies, mi paraguas apunta hacia abajo, listo para cualquier transformación,para afrontar el peligro. 

Busco por todas mis perspectivas a la criatura, pero no la veo, la ansiedad corre por mis venas pero no puedo encontrarlo.De la nada escucho el mugir de un toro, giro la cabeza bruscamente y lo veo, ahí está. Empiezo a correr hacia él, pego con las gotas de agua que me encuentro, puedo escuchar mis pasos húmedos sobre este triste piso.

 Lo encuentro, acaba de recoger un periódico del piso, un periódico pasado que mira con detenimiento, como si lo leyera. Viste un traje negro, a juzgar por su buen ropaje debería llevar unos zapatos muy lustrosos aun así no hay nada en sus pies (o pezuñas debería decir), usa un sombrero de corte americano con una franja blanca en el medio, tiene el periódico sostenido a la altura de su cara. 

Puede verse su ojo asomándose por detrás de la hoja junto con una estela de humo que deja su puro, un ojo rojo, rojo con el iris amarillo.Alguien decía que si el enemigo está en la mira, tú estás en la mira del enemigo.Su ojo rojo se clava en mí...  

The Most Powerfull Red UmbrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora