Detrás del pupitre: Parte 2

24 1 0
                                    

El uniforme de gimnásia me resultaba incómodo, pero sólo lo tenía que llevar los lunes, así que no importaba. Ángel se quitó la chaqueta y la colgó en su silla, después de haber dejado el maletín al lado de la mesa.

Iba vestido con sus pantalones negros, y su camisa con corbata y jersey. Mi madre solía decir que iba hecho un pincel en las reuniones. La última reunión que se hizo con los profesores individuales no pude ir, ya que estaba enferma. Lo que más lamenté fue no asistir a clase de sociales. 'Sé que si no ha venido ha sido por una causa mayor' -Le dijo a mi madre con su carcajada espontánea. Puede que fuera porque no estaba yo y se atrevió a decirlo, pero si de algo estaba segura es que no me trataba como a los demás. 'Es la mejor alumna que he tenido nunca, en los 10 años que llevo en este colegio'

Me fijé en que se había dejado crecer un poco la barba, le sentaba bien. Acto seguido, se puso a hablar de fútbol con los chicos, como acostumbraba a hacer cada lunes por la mañana, comentando el partido del día anterior. Yo me quedaba sentada observándole, y riéndome de sus chistes y bromas. Siempre que decía algo gracioso o irónico, me miraba de reojo. Era evidente que había una relación especial entre nosotros.

No es que sea la más habladora de clase ni nada de eso, si no todo lo contrario. En comparación a los demás que abren la boca sólo para decir tonterías... La verdad es que daría lo que fuera por tener una conversación con él sólo 5 minutos. Cuando vino al colegio por primera vez, había un poco más de confianza, pero por varias circumstancias se ha ido perdiendo. No soy de las que querría llevárselo a la cama a la primera de cambio, tan solo con conocerle un poco más me bastaría.

No se que voy a hacer el año que viene cuando ya no le tenga de profesor, empezaré la universidad y a él será al que más eche de menos... recuerdo ayer cuando me metí en su twitter. Vi una foto de él con su novia en la que ponía que más feliz no podía estar. Entonces pensé: ¿Algo más para deprimirme?

Continuará

Detrás del pupitreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora