Too Fast ◇DoJae/JaeDo◇

I

Ten no tenía nada contra los amigos de John Seo, es más, se llevaba de maravilla con todos y cada uno de ellos. Hasta que aparecía JaeHyun y esa cosa suya de exagerar todo. Agh. Al principio no le importó, porque Johnny se había encargado de advertirlo antes de presentarle al rubio sonriente, pero luego... Cualquiera diría basta a todo después de la millonésima vez que la frase "le comio la boca" o "estaba casi follando" o "te está poniendo unos bonitos cuernos".

La mayoría de las veces sólo se trataba de frasecitas sin sentido que significaban "abrazó a tal y a cual", pero luego de un tiempo empezó a notar que su novio tenía una especie de grupito de acosadoras personal y que cada vez que JaeHyun soltaba una de sus exageraciones todas y cada una de ellas tenía algo de verdad. Maldecía a todo el jodido mundo.

De todos modos, lamentarse en su mente no iba a cambiar nada.

—TaeYong, cariño —llamó a su amigo. Este se volvió con su batido de fresas servido perfectamento.

—¿Si, bebé?

—Lamento no haber podido quedarme ayer. Estaba con Johnny y...

—No te preocupes por eso, pequeñín. Lo estás compensando ahora.

Ten le sonrió a medias, pues en su mente todavía estaban flotando los pensamientos respecto a Johnny, su acosadora y JaeHyun, el exagerado.

—¿Qué pasa, bebé?

Ten jugó con la bombilla de su batido, frunciendo los labios. Sí, era todo un consentido.

—Creo que Johnny me engaña —exhaló lo que tanto le estaba molestando.

TaeYong cubrió su boca con sus manos, mostrándo cuán impactado estaba por las declaraciones de su terroncito de azúcar tailandés recién importado.

—Siempre supe que ese bastardo no te merecía —fue lo primero que dijo TaeYong después de recuperarse de la impresión.

—Es sólo un duda.

TaeYong negó con la cabeza. —¿Por qué lo piensas, bebé?

—JaeHyun lo dijo y he visto a la chica babeando por él, TY, es sencillamente obvio.

—Espera. ¿JaeHyun no es ese chico que exagera todo? —preguntó el pelinegro recordando las conversaciones previas que había tenido con su amigo.

—Sí, pero puede que algo de verdad haya en la mierda que suelta.

—Ya, deja de pensar en el imbécil y concéntrate en mi, hace mucho que no nos vemos, princesa.

—Príncipe para ti, bobo —Ten sorbió inocentemente de la bombilla de su batido.

—Ah, en serio te extrañaba —TaeYong se inclinó por sobre la barra para dejar un beso en la mejilla de su amigo.

Ambos chicos sin ser concientes de la mirada que tenía el poseedor de los cabellos de oro falso.

JaeHyun había vuelto al local de batidos por su chico aka futuro esposo, mas este no se encontraba. Atendiendo las mesas estaban dos pubertos de hormonas demasiado revueltas por las miraditas que se daban mutuamente.

Dejando a un lado a su príncipe naranjo zanahoria, había notado la presencia de Ten desde que puso un pié en el local, más no se acercó al chico porque, en primera, no eran tan cercanos, y en segunda, no estaba en sus prioridades en ese momento. Sin embargo ahora sí que lo estaba, había notado el coqueteo, leve pero coqueteo a final de cuentas, que fluía en el ambiente. El novio de su amigo parecía demasido cómodo con el barista pelinegro que, vamos, era sexy pero no se comparaba en nada a su buen amigo John Seo.

Estaba debatiéndose mentalmente entre si debía interferir o simplemente llamar a Johnny y contárselo todo, cuando su atención se vio atrapada por el ser doblemente orgánico que atravesó la puerta del local. Abría olvidado la existencia de Ten y ese asunto del tailandés posiblemente encuernando a su mejor amigo, de no ser porque su zanahorio se acercó al pequeño chico con toda confianza y tal como minutos antes ese pelinegro había besado la mejilla del tailandés, el pelicalabaza besó la otra.

Inmediatamente comparó a Ten con Rosalina. Definitivamente esta era la versión moderna de esa tipa, pero con nepe. Sí, se niega a pensar en el nombre de esa parte prohibida.

Ten reconoció a los labios en su mejilla, girándose para encontrar a DoYoung sonriendo tan dulce como siempre.

—Pero mira que estás bonito. ¿Dónde está tu novio? Ese que usaba los calcetines fuera de temporada.

DoYoung sonrió incómodo antes de responder —. En China.

Ten entendió de inmediato. Asintió y estuvo a punto de darle el abrazo de consuelo, pero DoYoung lo detuvo.

—No es necesario, hay otro chico.

—¡Engañaste a Kun SOB!

—Primero, no y, segundo, sabes que no entiendo tus mierdas en inglés.

—Hijo de perra.

—Aww, adorable.

—Gracias, estoy practicando para lidiar con un imbécil como tú.

—Hablando del desafortunado, princesa, ¿Cuándo piensas presentarmos? —intervino TaeYong en la conversación con el recién llegado.

—Iba a hacerlo ayer, pero ya ves.

—Ten, tienes que ayudarme —susurró DoYoung en su oído interrumpiéndolo.

—¿Qué es lo que quieres, infiel malnacido?

—No engañé a Kun, más no podría decir lo mismo de él. Ayúdame con el chico nuevo.

Ten se giró para ver a su amigo en la cara. DoYoung tenía cara de decir la verdad, era su amigo y se lo debía asi que sin darle muchas vueltas preguntó: —¿Cuál?

DoYoung señaló sutilmente hacia la mesa que estaba al lado del ventanal. Ten giró su cuello como si fuese la nueva versión del exorcista y se encontró con la cabellera color oro.

—Shit.

—¿Eso es un si?

. . .

No sé qué es esto ni de dónde salió, pero me gusta.

¡Vamos por la O!