Saving Grace

Un atractivo inconveniente

Inspirada en un video de una banda y un fanfiction.

Saving Grace.

1

❝Un atractivo inconveniente❞

Esa noche en especial se sentía una electricidad cargada de emoción y ansiedad en el aire de la furgoneta medio destartalada; pero las anisias y el temor a ser descubiertos estaban siendo ahogados por el entusiasmo. Entusiasmo a volverse mayores y ser reconocidos por los demás por ello. Los tres jóvenes gozaban de suficiente cordura como para dar vuelta y regresar a la seguridad de lo conocido, pero, ¿qué clase de adolescente no querría adentrarse en una vida llena de peligros para presumir haber salido con vida —si es que lo hacían—?

Claramente sus intenciones eran dirigirse a una fiesta sin el consentimiento de sus padres y volver con una experiencia más. En sí, el automóvil que abordaban daba una mala impresión, con un poco de suerte tendría que presenciarse el interior de éste y notar las vestiduras de cuero rasgadas y varios pares de envases metálicos debajo de los asientos, además del hedor a calcetín que únicamente podía se erradicado con tres latas de aromatizante y las ventanillas abajo. Estaba claro que cada uno de ellos era un amateur en estas situaciones...al menos Mía y Opal lo eran, Joe estaba ahí para mostrarles el camino a la diversión.

— ¿Suben el radio?— pidió Opal reclinándose hacia delante para interponerse entre el beso que el par iba a compartir. Sonrió con desdén cuando ambos se toparon con sus mejillas en vez de encontrarse con los labios del otro.

Joe rodó los ojos y cumplió la petición de su hermana llevando el volumen de una canción punk-rock tan alto como pudo. El solo de la guitarra hizo compás con la velocidad que iban adquiriendo.

—Algún día tendrás novio.— puntualizó Joe con la vista en la carretera, sonriendo.

—Oh gracias, pensé que nunca lo admitirías.— volvió hacia el asiento de atrás y subió los pies en el asiento.

—Y me vengaré.

Mía comenzó a reír y tomó la mano de su novio, con el cariño que ya era habitual entre ellos. Opal los observó y pensó que si alguna vez tuviera novio jamás sería algo como lo de Mía y Joe. Y ella en el fondo buscaba algo por lo menos parecido. Su historia era tan larga como la de muchas parejas; Opal y Mía se habían topado por azares del destino en la escuela primaria, y simplemente en el segundo año de haberse conocido, Joe se unió a la amistad que ambas habían logrado crear. Y dos meses atrás habían comenzado a salir...y hasta entonces Opal se enteraba. Para ser específicos hace una semana se lo habían dicho.

—Recuerda que es mi mejor amiga— terció la rubia sin dejar de sonreír— e hicimos un juramento.

—¿Y cuál es ese juramento?

Opal sonrió. A pesar de todo no había perdido a su amiga a manos de su hermano.

—Cualquiera que se atreva a perjudicarla sufrirá las consecuencias de mi ira.

Joe dudó unos instantes.

—Pero soy tu novio. No puedes lastimarme—se aproximó lentamente—soy inmune a tu ira.— Mía retrocedió un poco, a modo de rechazo, pero su sonrisa delataba que no queria apartarse. Esta vez Opal no los detuvo; pero no los siguió observando, aún era algo a lo que tenía que acostumbrarse.

—¿Y qué tal si hacemos un juramento justo ahora?

Los ojos de Mía resplandecieron.—¿Y cuál sería ese juramento?

—Querernos.

La simpleza y la sinceridad con la que lo dijo hizo que el corazón de Opal diera un vuelco. Ella jamás había estrechado la mano de esa faceta de su hermano, como ahora. Y había logrado que Mía se pusiera colorada, sin siquiera mirarla a los ojos —pues él era quién conducía—. La chica carraspeó recordándoles que estaba ahí atrás y fingió arcadas por el comentario de su hermano.