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Miré por quinta vez su silueta mientras dormía, no podía evitarlo, era perfecto.

Me fui de su habitación antes de que despertará se había vuelto costumbre hacer esto; escabullirme hasta su habitación antes de que despertará para poder mirarlo con el líbido desbordado ya que durante el día debía reprimir mis deseos.

Casi como un ritual, antes de salir fui a su armario para tomar una de sus camisas que el día anterior había usado para poder olerla. Inhale fuerte para conservar ese olor en mi mente todo el día, después de regresarla a su lugar salí con cautela para regresar a mi fría habitación.

Deseaba todo de él, su atención, su mente, su cuerpo, deseaba ser la persona que él siempre quisiera ver, la persona con la que mas deseaba estar en este mundo.

Pero mis deseos se quedaban sólo en fantasías, jamás serán realidad. Lo sé, él nunca me mirará de la forma en que yo lo veo... un amigo, sólo me ve como eso y con eso me he tenido que conformar para no perder la razón.

Si lo perdiera de mi lado, si se alejara de mi... toda razón existente en mi se iría.

Lo deseo tanto, imaginar su cuerpo desnudo entre mis manos me vuelve loco y, de nuevo, tuve que conformarme con mis fantasías.

- ¿Qué te sucede Taek Woon? Desde la mañana estas muy raro... bueno de un tiempo para acá estas más raro de lo normal.

- No me pasa nada Hak Yeon.

- No me mientas, es claro que algo te pasa. Dime.

- No lo entenderías.

Salí de mi estudio, no quería que nadie me preguntara, mi mente ya estaba hecha un lío.

Quería verlo, hoy no lo he visto desde que salimos del departamento, se a convertido en mi droga, todo el tiempo lo necesito y si por lo menos no lo veo mi cuerpo tiembla, comienzo a tener ligeros ataques de ansiedad.

Ahí está, en la sala de práctica. Hak Yeon lo reprendió esta mañana por no saberse bien la coreografía, en ese momento quise matar a mi amigo, odio que le hablé así, odio todo lo que esta alrededor suyo.

- ¡Oh! Hyung ¿Desde cuando estas ahí? ¿Me viste practicar? ¿Qué tal lo hice?

- Me parece que lo hiciste muy bien, para mi lucías perfecto.

- Hak Yeon hyung no opina lo mismo.

¿Qué importa lo que los demás opinen? sólo debe importarte mi opinión, sólo a mi me debes escuchar. Quise decirle esas palabras, quería gritar.

- Si lo dice debe ser por algo, él es el que sabe de baile no yo.

- Pero a mi también me importa tu opinión. - Me odie por emocionarme por esas palabras, fui feliz hasta que continuó hablando. - Me importa la opinión de los cinco, somos un grupo y necesitamos estar... en sincronía, por eso siempre les pregunto sobre como van mis avances.

Lo vi cambiarse frente a mi sin pudor. Esto era una tortura, mi cuerpo me pedía a gritos que lo tomará, que lo hiciera mío de una vez por todas pero sabía que hacerlo implicaría perder su amistad y probablemente mi puesto en el grupo.

- ¿Vienes o te quedas hyung?

- Voy. - Iría al mismo infierno si es contigo, pero no se si tu irías conmigo.

Lo dejé caminar delante de mi antes de salir  edificio, quería verlo un poco más, cada día me volvía más loco, su cuerpo, su aroma, todo de él me enloquece.

Llegamos al departamento y los demás aun no llegaban, quería encerrarme en mi habitación y descargar todo este deseo que llevo acumulado desde la mañana, pero HongBin me pidió que le hiciera algo de cenar. Debo controlarme, me repetía eso cada vez que por accidente nuestros cuerpos se rozaban.

HímeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora