MERTHUR & STEREK (Dame dos segundos mas para amarte)

Sin pensarlo, tú me lastimas...

MERTHUR

Me pasas sin pensarlo un fino pañuelo blanco, tu perfecta escusa odias verme llorar. Yo como el sumiso tonto que soy lo acepto sonriendo por tan bella compasión que muestras ante mis ojos.

Los días van pasando como ráfagas de viento, más pañuelos blancos caen sobre mi regazo, eh vuelto a llorar cerca de una esquina donde acostumbras descansar. Tengo miedo que pienses que esto lo hago apropósito para que tu sientas lastima por mí.

Hoy me volví valiente, no derrame ninguna lágrima me trague el orgullo, con los puños en blanco. Como si fuera una costumbre nuestra me viste en la misma esquina pero esta vez era diferente tú lo sabias.

Me pasaste de nuevo el pañuelo blanco mordiendo tu labio algo debía preocuparte me dije a mi mismo. Te rechaza el gesto con educación.-Muchas gracias por todo mi gallardo desconocido, pero eh decidió ser fuerte. No quiero más que me veas llorar, estoy entendiendo que este dolor si no se va sabré vivir con el...-Te sonreí tras esas palabras y me levante de esa esquina en el cual siempre me sentaba a llorar. Pase a tu costado y me detuviste del brazo, nuestras miradas chocaron por unos milésimas de segundos. Suplique a mi corazón que ya no diga más nada al ver tus ojos azules tan brillantes al escuchar una voz femenina llamarte.

-Eres más bello cuando sonríes desconocido, perdón por no poder ayudarte suena muy profundo tu dolor. Quisiera quedarme pero debo ir...-Diciendo eso soltaste mi mano corriendo al encuentro con esa dulce voz que parecía te dejaba dopado sin darte cuenta de nada.

Tres años siendo vecinos, dos años enamorado de un hombre prohibido bellamente casado, los ojos más azules envidia del cielo, y haber sentido por solo unos segundos la calidez de sus dedos. Que tan perdido puedo estar por ti mi gallardo desconocido, que sin darse cuenta todos los días me regalaba pañuelos blancos para superar un dolor que su misma presencia me causa.

-Desde ahora seré un mejor vecino sigiloso Arthur...-Susurro alejándome del lugar, detrás mío dejo esa esquina en el cual ya no volveré, verte siempre abrazándola me hacía llorar al ser consciente de lo lejano que estas.

Es hora de dejar ir lo que nunca fue mío, ya que tu sin pensarlo con esa amabilidad regalada, solo me lastima.