Acababa de entrar en un calor impresionante, uno que hace mucho tiempo quería volver a sentir, pues el frío de la ansiedad y preocupación que la acompañaban de noche, ya la habían llevado a su límite.
Hoy finalmente el estrés se había derramado junto con la rabia, el cansancio y la culpa; su mirada se había ahogado en lágrimas rebeldes que ella desesperadamente, trataba de secar con sus puños logrando únicamente empapar más su rostro, facilitándole el camino a las demás que corrían rápidamente por sus mejillas, haciendo que sus vanos esfuerzos por ocultar su derrota la frustraran mucho más.
Era cálido y placentero, como si una extraña faceta de la soledad la abrazara para consolarla. Y aunque había leído bastante los últimos días, cuando menos esperaba encontrarse con ese sentimiento, lo logró.
Decía y pensaba que no era fan de las historias románticas aunque sólo la atrapaban las de amor.
Decía y pensaba que sólo le gustaba escribir fantasía y terror, cuando lo que más creaba eran historias de amor.
Decía y pensaba que el amor no era relevante en su vida, cuando siempre que conocía a alguien, no perdía la oportunidad de imaginar una relación amorosa y duradera.
Decía y pensaba que estar sola era mejor, aunque cuando recuerda los momentos que vivió con sus antigüos amores, los extraña.
Dice y piensa que no quiere involucrarse con nadie por miedo a lastimar o ser lastimada, y aún así sigue tratando con dulzura y cariño a los que la rodean esperando recibir lo mismo, cuando sabe que nunca termina nada bien.
Personas vienen, te quieren, las hieres y te vas; la rutina de siempre, la mala costumbre y la razón de tu soledad.
¿Cuántos corazones más debes romper para aprender?
Ella es simplemente insensible y tierna con sus acciones y palabras. Sincera y atrevida con sus intenciones. Voluble y constante con sus pensamientos y sentimientos.
Qué complicado.
Usualmente piensa antes de actuar, tal vez demasiado.
Actúa por impulso y se acobarda después.
¿Qué es lo que sucede?
Lo único que quiere es descansar y cuando puede, no lo hace. Como si su mente no pudiera fabricar los sueños, lee para descansar. Utiliza los libros como escape, lo común.
Y al final tiene sentido lo que dice y piensa porque, aunque sólo lee romance, lo único que le gusta es la fantasía y el terror:
Fantasía, porque sabe que nada de lo que ocurre en las historias es real.
Terror, porque teme que si algo se cumpliera, no sabría cómo actuar y terminará todo sepultado por su torpeza.
Pero nada de eso importaba ahora. Dejaría todo a un lado para poder volver a fabricar sus propios sueños y escaparía de la realidad por mucho más tiempo del que acostumbraba.
Descansaría verdaderamente al fin y no sentiría frío esa noche porque estaba tranquila.
Ya había dejado todo su cansancio sobre la mesa y se había secado las lágrimas con las letras.
Sólo faltaba cerrar los ojos y disfrutar de la paz que sus historias de terror y fantasía le proporcionaban.
Sólo faltaba abrazar esa cálida soledad y dormir.
Sólo faltaba vencer el insomnio.
ESTÁS LEYENDO
Batalla contra el Insomnio
Short StoryLo que pasó antes de ir a dormir. Nada tiene sentido a menos que lo encuentres.