-¿Cómo tienes las heridas de las manos, Ranpo-san? -Interrogó Naomi sentándose en la silla de un escritorio vacío-. ¿Han sanado ya?
-Sí, el jefe me ha estado cuidando y ya están casi curadas. Mira, ya ni siquiera se notan.
-Genial. Ay... nii-sama también se preocupa mucho por mí y me cuida cuando me pongo enferma o me hago una herida. Es tan considerado.
-Hablando de eso... Qué raro que no estés con él ahora, ¿no?
-Es que está en una misión peligrosa en estos momentos y no quería ponerme en peligro. ¡Es un encanto!
-Oye, ¿y él te corresponde a estas idas de olla que tienes?
-Por supuesto, mi nii-sama y yo estamos hechos el uno para el otro.
-¿Y cómo lo consigues sin que piense que estás chiflada?
-Oh, pues... depende, supongo.
-¿Depende?
-Sí, es decir, no es lo mismo intentar seducir a mi nii-sama que, por ejemplo, a Kunikida-san. Mientras que a mi nii-sama le encienden unas cosas, a Kunikida-san le encienden otras. Sin embargo, a todos los hombres hay algo que les cautiva a más no poder.
-¿El qué? Dime, dime.
-La ropa sexy.
-¿Ropa sexy?
-Sí, ya sabes, que se te vea un poco el pecho... con las piernas al descubierto... Ese tipo de cosas siempre funcionan, hazme caso, soy una gra experta en el tema de ropa erótica.
-¿Ah, sí?
-Sí. Es más, creo que tengo justo lo que estás buscando.
~~~
-Ranpo, ¿has visto mi...?
La frase de Fukuzawa se vio interrumpida por la visión que se presentó ante él. Frente al jefe de la Agencia Armada de Detectives se encontraba Edogawa vestido con un kimono negro con flores granates que era más propio de una chica fanática de la moda lolita que de un muchacho. Un obi del mismo color que el estampado floral se ajustaba a su cintura como una víbora hambrienta. Los hombros estaban al descubierto, provocando que las manos fueran tapadas por las mangas del tradicional traje. Y sus piernas, algo temblorosas, se hallaban al descubierto. En su pelo, se fijó Yukichi, había un broche con flores que combinaba a la perfección con su rostro sonrojado.
-¿Q-Qué pasa?
-Ranpo, ¿qué llevas puesto?
-U-Un kimono... -El detective tosió y fingió entereza-. Un kimono, ¿es que no lo ves?
-No, no, si ver lo veo... y bastante bien.
-¿Qué pasa? ¿Acaso no te gusta cómo me queda?
-No, no es eso. De hecho, deberías ponértelo más a menudo a partir de ahora. Te... Te favorece mucho...
Fukuzawa devoró con la mirada una última vez a Ranpo, y se dio la vuelta en dirección a otra habitación. El menor bufó. Ya se lo había comido con los ojos, ¿tan difícil era pasar a la acción y comérselo de otra manera?
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Cómo conquistar a tu crush [FukuRanpo]
FanfictionTodos tenemos problemas, al igual que todos tenemos a ese amor platónico que deseamos convertir en algo más hasta el punto de ser capaces de venderle nuestra alma a Dostoievski con tal de conseguirlo. Bueno, pues aléjate corriendo tan deprisa como p...