Si mi señor

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-Pero... ¿Qué momento?- balbuceo incrédulo mirando mi marca sobre su piel.

-Fue cuando lo tiraste- Meciono el mayor apareciendo tras de mi.

-Eso es correcto Shuu sama, muy bien, ¿Quién sigue?- ataje cerrando mis ojos, en un intento por que la sed de sangre en ellos no se notara.

.....

Después marcar a todos mis nuevos señoritos, Reiji sama me guio hasta la que desde hoy seria mi habitación, en la segunda planta, alado de una habitación mayor, que por el olor a químico deduzco es un laboratorio.

-Aquí es donde te quedaras, si tienes duda de algo mi habitación esta dos puertas a la izquierda y mi laboratorio a lado-

-Gracias Reiji sama, lo tendré en cuenta-

Tras una leve reverencia el azabache abandono el pasillo dándome la oportunidad de entrar y desempacar todas mis cosas, no me llevo mucho tiempo, así que termine rápido con un leve chasquido de mis dedos. además de aparecer un mini refrigerador alado de la cama en donde creo yo había una mesita de noche.

-Que cansado es acomodar todo en un segundo-

Rebusque en mi pantalón mi móvil y cuando lo encontré solo basto teclear un par de veces para escuchar el típico timbrido de espera.

-Supongo que ya estas instala- Ronroneo su voz en la otra línea.

-Si señor- respondí imaginándolo frente a mi con aquella peculiar sonrisa suya y por mera costumbre me arrodille y baje la mirada -no lo defraudare-

-Tranquila Kira, confió en que protegerás a Yui y buscar el mejor prospecto-

-Lo are señor- asegure con la sensación de que alguien acariciaba mis cabellos.

-Estoy seguro de ello, no me falles mi pequeña gatita-

-Si mi señor-

Al colgar la llamada deje a un lado mis ropas y tome mi traje de mayordomo, a Tougo sama no le gustaba que sus socios vieran mi cuerpo, así que el mismo diseño mi atuendo a detalle. Oculte el negro de mis ojos y una vez arreglada baje a la primera planta en dirección a la cocina.

Preparando así un sin fin de platillos a la espera de que el reloj marcara el tiempo debido. Mi pies apenas tocaban el suelo de lo rápido que me movía y antes de darme cuenta, tanto el comedor como la comida sobre este estaba lista. De mi bolsillo derecho saque mi reloj el cual marcaba las ocho y tres.

-Parece que me eh atrasado, debo tener mas cuidado en un futuro- re calque, mas para mi que para alguien en concreto.

-Nfu Nfu, esto se ve delicioso-

-Mira Teddy, Kira chan nos a servido mucho dulce-

-Todo sea para complacerlos, Kanato sama, Teddy sama- comente a colocándome a su lado, pero a los pocos segundos de aquello, sentí como mi hombro era atravesado por algo.

-No le hables a Teddy con tanta confianza- retiro el cuchillo de mi herida y lo tiro al suelo.

-Lamento mi insolencia, Kanato sama- me arrodille en muestra de mi sumisión y al ver como este se iba sin mas recogí y limpie todo, antes de que llegaran los demás.

-Todos ustedes son unos ruidosos- se queja el mayor apareciendo en un la silla de la cabecera. Iba a disculparme por ello, pero antes de abrir la boca apareció el segundo a mi lado analizándome con cuidado y deteniéndose momentáneamente en la herida ya cerrada.

-Kanato, estos no son modales para con nuestra nueva adquisición- le reprocho Reiji a mi lado, mirando con intensidad la mancha de sangre en mi hombro.

-Descuide Reiji sama, fue mi culpa alterar el estado del señorito Kanato, tratare de no olvidar mi postura aquí- me incline levemente para seguidamente colocarme tras la silla correspondiente del mismo y alejarla para que al azabache se sentara. -¿Desea que le traiga algo en especial para beber?-

-Una taza de tea esta bien-

Así continuo el resto del desayuno, pero me extrañe al no ver a la señorita y al joven Ayato me extrañe un poco, pero al escuchar que era algo normal en la mansión lo deje de lado y continúe con mis deberes hasta que fue hora de que los chicos fueran a la escuela, pacientemente espere fuera de la casa como lentamente salían uno a uno.

-Que tengan un buen día- me incline en espera de que todos subieran a la limusina y esta se fuera, pero me sorprendí al ver que alguien no se había subido y estaba plantado frente a mi -¿Sucede algo Reiji sama?- el no hablo solo dejo en mis manos una cartera igual al de el.

-Vendrás con nosotros a la escuela, es una orden-

-Como usted ordene Reiji sama-

Cuando ambos entramos en la limosa Subaro tomo mi mano y me posiciono a su lado junto a Reiji.

-Oye Akuma, estas demasiado tapada con esas ropas ¿Por qué no usas uniforme como chichinashi?- cuestiono dudoso Ayato  a lo que el resto también me miro expectantes, a su manera intrigados.

-Bueno a Tougo sama no le gustaba que otros miraran mi cuerpo al descubierto así que esta fue una solución factible y buena-

-Nfu nfu, debo admitir que resalta muy bien tus curvas, aun que te verías mejor si te desabotonaras un par de botones- relamió sus labios de manera pervertida.

-Supongo que podría hacerlo si no le molesta al resto-

-No, estas aquí para ocuparte de nuestra seguridad, y no para complacer el morbo de Raito, no lo olvides- contesto de inmediato el de anteojo a lo cual asentí y volví mi mirada al contenido de mi cartera.

Son libros básicos, tal vez de segundo año... que aburrido, esto ya lo e visto antes, algunos dicen que vivir muchos años es divertido, pero cuando meten a los estudios en medio es un lio, cuantas veces no e leído este mismo libro ya en los últimos diez años. Supongo que lo tengo que arreglar llegando a la escuela.

Después de cinco minutos en el auto ya me estaba asfixiando, los trillizos molestaban sin fin a la humana, Subaru gruñía cada dos por tres sin razón alguna y los gemidos procedentes de los audífonos de Shuu me tenían alterada hasta la medula, vampiros inútiles, tanto presumen de su habilidad de moverse de un lado a otro, pero no pueden llegar a la escuela con este.

Esta misión será muy larga...

Continuara...

Diavolik Lovers/Demon Eyes/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora