Capítulo 3

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Luego de unas cuantas miradas incómodas, tomamos asiento en la mesa, Katy y Tom volvieron a hablar de trivialidades mientras que Adam y yo nos limitábamos a mirarnos y fingir que escuchábamos, por lo menos de mi parte.

- ¡Bienvenidos a Storm's! ¿Qué van a pedir? -estaba tan perdida que ni siquiera me di cuenta que se había acercado una camarera a nuestra mesa, hasta que claramente, nos habló. No, no nos habló a todos, pareciera que le estaba preguntando específicamente al chico frente a mí, Adam. Y digo "pareciera" para no decir que ciertamente le está preguntando a él. Tiene todo el cuerpo echado hacia delante sacando pechos y trasero, además de su sonrisa y mirada dirigida a su nueva presa.

Ruedo los ojos. Perra. ¿Qué tienen en mente estas mujeres para regalarse así a los hombres? ¡Ten respeto por ti misma! Aunque es su cuerpo y puede hacer lo que quiera, cada uno es como elige ser.

- Un café -le dice Adam seco, sin darle una segunda mirada.

- Que sean dos -le sigue Katy.

- ¡Tres! -dice sonriendo Tom.

La camarera me mira y levanta una ceja esperando mi respuesta.

- Un batido de fresa -le digo con una sonrisa hipócrita, igualita a la que tiene pasmada en el rostro justo ahora.

- Claro, enseguida les traigo su orden -finaliza mientras le da una ultima mirada a Adam y se va contoneando sus caderas como un ganso con escoliosis. Me río internamente de mis propios pensamientos y observo a Tom que ya comenzó de nuevo otra conversación, pero esta vez incluyéndolo a Adam. Genial. Simplemente, genial.

Estoy pensando en el libro que tengo guardado en mi mochila en este preciso momento, lo estaría leyendo, de no ser porque es la tercera vez que lo intento y con ella, la tercera vez que recibo una mirada asesina de mi amiga, seguida de una patada en la espinilla de su parte. Pongo los ojos en blanco y dirijo mi mirada a las demás mesas. En una de las mesas se encuentra una pareja jóven besándose, con su pequeña hija que tendrá alrededor de cinco años. Inconscientemente sonrío, siempre me gustó ver a las personas enamoradas, ese brillo en su mirada, sus risas, y además al panorama se le suma la niña, simplemente perfecto.

Sacudo mi cabeza y me doy cuenta que Adam estaba viéndome intensamente, y yo no estaba ni enterada. La verguenza me inavade y me sonrojo bajando la cabeza. De pronto algo color rosa aparece en mi campo de visión, mi batido. Nunca estuve tan feliz por la aparición de la perra, eh... digo... camarera. Si, eso. Repartió los cafés entre las tres personas sentadas en la mesa y de regalo bonus para Adam un papel con lo que supongo, que será su número teléfonico. ¡Ding Ding! Respuesta correcta, él le guiña un ojo mientras guarda su nueva adquisición en el bolsillo derecho de su pantalón, y ella satisfecha se va.

Repugnancia.

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La conversación transcurrió normal, esta vez si me integraron y hablamos de todo un poco. Universidad, trabajo, hobbies... Hasta que el teléfono celular de Katy comenzó a sonar, murmuró un -disculpen- y se retiro de la mesa. Luego de unos cinco minutos volvió y nos comunicó que tenía que irse a su casa a cuidar a su hermano pequeño porque su madre iba a salir. Y como la suerte está siempre de mi lado Tom se ofreció a acompañarla, lo cual ella aceptó sin problema.

Lo que me dejó sola con Adam.

Después de un largo tiempo en un silencio incómodo ya que no teníamos de que hablar me dijo:

-Oye -lo miré expectante -ya se está haciendo tarde y me tengo que ir, ¿te llevo a tu casa? -la verdad es que no lo tuve que pensar mucho, no tenía ganas de caminar así que con un leve asentimiento de cabeza le dí a entender mi decisión.

Salimos afuera y lo sigo mientras se dirige a su auto. Él rodea el carro y abre la puerta, mientras que yo entro a la parte del copiloto, la cierra y se dirige al lugar que le corresponde. Enciende el auto y le paso la dirección de mi casa.

Adam rompe el silencio preguntándome: -Y... ¿hace cuánto vas a este colegio? Nunca te había visto por los pasillos, excepto por el día en el que nos chocamos -sonríe y me mira unos segundos para volver su vista a la carretera.

- Hace dos años -respondo - ¿y tú?

- Desde toda mi vida, nunca me mudé ni me cambié de colegio -dice con un encogimiento de hombros. - ¿Tú te mudaste? ¿O solo te cambiaste de escuela?

- Me mudé -digo.

- ¿Y fue difícil? Cambiar de ciudad, escuela, amigos, novio... -elevo una ceja y oigo que murmura como para que no escuche - parezco un entrometido.

- No eres ningún entrometido, no tengo problemas en hablar sobre eso, la verdad es que no me costó tanto. El cambio me vino bien, no soy como las típicas protagonistas de los libros que lloran a mares por tener que dejar toda su vida atrás. Yo necesitaba un cambio, de ciudad, ambiente escolar, amigos tenía pocos, pero nunca llegaron a ser muy cercanos, soy mur cerrada -solté una risita- y novio nunca tuve así que...

- Interesante -aprobó con un asentimiento.

- Además no somos una familia grande, solo mi mamá, mi papá y yo -le comento. - ¿Tu tienes una familia grande?

Podría jurar que su mandíbula se apretó por una milésima de segundo y sus nudillos se pusieron blancos mientras ejercía presión en el volante del automóvil. Solo fue un segundo, pero lo noté. Se las arregló para relajar su presión y responderme – solo somos mi hermana pequeña y yo.

No quise indagar en el tema de sus "no padres" entonces le digo - ¿Cuantos años tiene tu hermana?

Él se relaja y sonríe levemente – cuatro años, es mi princesa -. Me gusta verlo así, hablando de cosas que le hacen bien.

- Me encantan los niños, más que nada las niñas -reí.

Me vé de reojo y dice -entonces será un placer que la conozcas algún día -finaliza.

- Sí, algún día... -murmuro, y se me pasó tan rápido el recorrido que cuando quise darme cuenta estábamos en la puerta de mi casa.

- Bueno, hemos llegado -me anuncia.

-Así es, adiós. Nos vemos -lo saludo con un beso en su mejilla lo que hizo que un calor pase por todo mi cuerpo, me sonrojo porque el también lo había notado.

Salgo del auto cerrando la puerta, no sin antes escucharlo decir –adiós-.

Abro la puerta de mi hogar y la cierro rápidamente, apoyándome en la puerta y dejándome caer hasta el suelo sonriendo como boba.

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¡Hola! Espero que disfruten este nuevo capítulo y me disculpen por hacerlo corto, la verdad hoy no estaba muy inspirada. La semana pasada no actualicé la historia entonces me sentía culpable, así que tampoco llegué a editarlo y darle una segunda mirada. Estoy media corta de ideas, agradecería que me digan que les parece la historia y me cuenten que quieren que pase en el próximo capítulo. ¡Muchos besos y gracias por darle una oportunidad! 

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⏰ Última actualización: Apr 29, 2017 ⏰

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