Capitulo 2

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(POV Austin) 

— ¡Hijo, atiende que estoy tomando un baño!—oí a mi madre chillar desde su recamara al percatarse del molesto sonar que emitía una persona tras la puerta principal

— ¡Voy!, ¡Voy! —respondí igualando su tono de voz entretanto me situaba de pie y caminaba hasta la entrada—Sra. Audrey, que gusto en verla, vecina—desvié mi vista a la chica que la acompañaba—Valerie

—Austin—embozo una rauda sonrisa correspondiendo a mi saludo

—Cariño, no quitaré mucho de tu tiempo, pero necesito pedirle a tu madre si es que podría trasladar a Valerie a su academia de baile, pues nuestro auto se ha averiado y mi pequeña está retrasada.

—Pues... —incline la cabeza dentro del hogar e inspeccione mi entorno—...Mamá está tomando un baño, pero si no es inconveniente yo mismo podría llevarla

—¿De verdad? —asentí— ¡Perfecto!

—Permítame un segundo, que debo comentárselo a mi madre y sacar el auto de la cochera.

—Claro.

Me adentre a la vivienda y anuncie a mamá lo sucedido, quien autorizo mi decisión tomada.

— ¡Oh! yo no los acompañare, eh dejado la tarta de frutas en el horno y las chicas del club de lectura no me perdonaran una pasta achicharrada—comento la Sra. Audrey besando nuestras mejillas en un indicio de despedida—Austin, que llegue sana y salva—me advirtió

—De todas maneras.

La mujer se alejó dirigiéndose a su hogar mientras yo guiaba a la rubia dentro del automóvil. Una vez acoplados, nos pusimos en marcha.

—Bien, serás mi guía, dime donde nos destinamos.

—Que excitante suena eso—sonrió con picardía

—Valerie—le aclare a la rubia, quien no solo jugaba con el rol de la pequeña y única hija consentida de mi vecina de enfrente, sino también con la joven coincidíamos en barias clases en el colegio, tales como Calculo o Español y punto muy relevante en nuestras vidas fue el ya antes conocido ‘Campamento de encuentro’ donde ambos gozamos unos días como más que amigos, pero nada formal, por supuesto

—Las instalaciones fueron hechas donde antes era conocido el mercado, frente a la tienda de videos—indico haciendo caso omiso de mi tono empleado. <<Frente a la tienda de videos>> reitere a mis adentros recapitulando el incidente con la bella castaña. Simple y llanamente reí por lo bajo

—Y ¿Cómo dices que es llamada tu academia? —consulte

—Art academy in body language.

—Que nombre más presumido—vire el volante

—Es solo un nombre, no seas idiota.

—Vamos Valerie, ¿Te has molestado?

—Claro que no, ¿Por qué lo haría? —menciono entrelazando sus brazos a la altura de las caderas—Ya sabes, no somos nada, ni amigos, ni novios pues todos los hombres son de igual manera, anhelan entretención por un momento, nos clasifican como un pañuelo, un sucio pañuelo que puedes utilizar para luego largarlo por los aires

—Lo que haya sucedido entre ambos no quiere decir que no podremos mantener una amistad.

— ¡No quiero amistad! ¡No quiero tu amistad! ¿Cómo no comprendes que aun te pienso y sé que tú también a mí? —exclamo. Como calumniaba, desde la finalización del campamento Valerie compartió una relación junto a Kenneth, su compañero en el laboratorio de química, Timothy, el tesorero del centro de alumnos, Joshua, un joven común y corriente, Antonio, el chico de intercambio y Jeffrey el hermanastro de Joshua

—Valerie, eres preciosa pero no estoy interesado en ti de esa forma.

—Si lo soy ¿Por qué reprimes tus sentimientos hacia mí? 

— ¿Cuántas veces debemos platicar el mismo tema? 

—Cuantas sean necesarias para aclarar tu corazón.

—Valerie, no pretendo ser grosero pero ya lo hemos comentado un sinfín de veces.

— ¿Me quieres? —soltó al instante divisando mis ojos entretanto aguardaba a la próxima señalización. Valerie Ann Blackwell, cabellos rubios, ojos azulados tal cual al océano, piernas largas, cuerpo alucinante y tez trigueña, linda, muy linda. Pero con sinceridad podría afirmar a ver visto mejores, probablemente su actitud de arribismo lograba contradecir mis pensamientos.

—Claro que si—confirme lo obvio—Como una amiga

— ¡Ash! —refunfuño—Detente aquí, detente que me quiero bajar

—¿Estás loca?, solo quedan un par de cuadras.

—¡Que me quiero bajar, Austin! 

— ¡No!, no consentiré a tus manías, siempre es lo mismo Valerie. No consigues lo que quieres y armas un berrinche, el mundo no puede detener su actuar para socorrerte, aprende a conformarte con tu entorno.

Un incómodo silencio domino el ambiente y se hacía presente en cada rincón del lugar. La muchacha callo pues sabía que esta vez tenía razón en mis palabras y prefirió no contradecir lo dicho, al fin y al cabo no tendría como.

— ¿Es aquí? —consulte frente a la dirección dada desde un principio

—Si—recalco seca—Vete a tu casa que de vuelta tomare un taxi…no te preocupes por mí

—¿No tienes como devolverte? —Valerie negó—En ese caso permaneceré aquí hasta tu salida

—¿Lo dices enserio? no quiero quitar de tu tiempo—al parecer la malcriada chica se había esfumado, o por lo menos hasta el momento

—Sí, aguardare y a lo que acabes volveremos a casa, de todos modos le prometí a tu madre llevarte sana y salva.

—De acuerdo—bajo del automóvil y lo rodeo posicionándose en mi ventanilla—No te escapes que al término vendré de inmediato

—No lo hare—le obsequie una sonrisa en lo que Valerie se ausentaba a lo lejos y se adentraba por la puerta principal

Examine mi entorno y medite por un largo lapso de tiempo. Durante un momento entrecerré mis ojos con intenciones de tomar una siesta pero no me encontraba lo suficientemente cansado como para llevar a cabo aquella acción y al no saber la hora de salida de Valerie era casi imposible trasladarme a otro sector que no fuese el estacionamiento.

El aburrimiento me sofocaba y una rauda idea se atravesó por mi cabeza. ¿Podría entrar a echar un vistazo?, no creo intervenir en alguna de sus prácticas, solamente me dedicaría a contemplar. La idea era tentadora y luego de vacilar unos minutos más, lo decidí.

Camine a paso lento para introducirme al establecimiento y atravesé la entrada, luego de evadir utilería y largas telas colgante de los cielos arribe hasta el estudio donde mis oídos percibían fuertes bramidos de dos emisores.

— ¡Eh dicho que ates tu cabello!

—Vamos Cicely, que yo recuerde el cabello no danza por mí.

Esa voz.

Wake me up (Austin Mahone y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora