Last memorie
Aquí me encuentro, de camino al corral. Ahí está esa criatura majestuosa y blanca. Me acerco y lo toco, lo analizo, esta tan calmado. Que haría sin snow? un caballo de apenas 10 años de edad. Por un momento pienso en montar, pero no, no se me apetece lo suficiente. Por la ventana miro el atardecer, hermoso. El sol está en su punto. Las nubes le rodean pero son poco visibles. Me recuerdan a un cuadro de flores blancas con una amapola en el medio. Era de mi abuela. Era un cuadro en la sala de estar. ¡Dios! amaba ese cuadro. Me decidí mejor a darme un baño, pero antes le di de comer, lo bañe y cepille. Cuando salí del corral los rayos del sol dieron directamente en mis ojos. De repente sentí resbalar y caí en el lodo, había sido lodo. Sentí los párpados pesados y poco a poco cedí y cerré los ojos por completo.
Aquí me encuentro nuevamente, entre cuatro paredes blancas. Me acerque a la puerta... cerrada. Una señora se acerco a la pequeña ventana que había allí y me observo con algo de pena, eso era lo que se reflejaba en su mirada. Rápidamente mire al suelo, odiaba que hicieran eso. Vi que la puerta se habría lentamente. ¡Oh no, Dios, no! por favor, no otra vez. Me moví rápidamente hacia una de las esquinas. Ella se acerco a mí, pero yo no quería. Le dije que no necesitaba nada, pero ella no hacía caso y comencé a desesperarme. Aparecieron dos hombres por aquella puerta, comencé a temblar y a moverme descontroladamente. No quería que se me acercaran y mucho menos que me tocaran. Lamentablemente no había nada que yo pudiera hacer. Al final siempre sería lo mismo y ellos me atarían y me inyectarían aquella medicina que yo tanto odiaba, aquella que me devolvía a la realidad. La misma que ellos veían necesaria en mi. Aquella que necesitaba diariamente para salir y no encontrarme nuevamente entre estas cuatro paredes blancas.