PROLOGOLO

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Recuerdo esos momentos en los que todo me parecía malo, desde que me mude a Los Ángeles eh vivido diferentes cosas, las cuales no hubieran pasado si mi padre siguiera conservando su empleo en Canadá.

Era la hora de levantarme y asistir a clases; claro que esa no era una opción, la alarma que había puesto la noche anterior me lo estaba recordando, trate de levantarme, pero estaba algo encamorrado y con un movimiento torpe trate de apagarla , lo que quedo en un intento de hacerlo terminé rodando por el estrecho espacio que quedaba entre mí y el borde de la cama despertando sobre el suelo - buena manera de empezar el día- pensé, este tipo de cosas siempre me pasaban, soy algo torpe y despistado, son cosas a las que me eh acostumbrado a lo largo de mi vida. Soy un chico que se le dificulta hablar con las personas sobre todo si son personas nuevas, supongo que por eso estoy algo nervioso de asistir a clases, pero hoy estoy decidido a cambiar eso o al menos eso espero hacer, en Canadá solo tuve un único amigo, se llama Nash, recuerdo cuando nos conocimos, tercero de prescolar comenzaba, y yo tenía 4 años mientras él ya había cumplido los 5, los dos éramos de nuevo ingreso, yo trataba de hacer amigos como me había dicho mi madre, recuerdo que divise el panorama infantil y todo era un desastre todos los niños lloraban por sus padres y se preguntaban porque los habían dejado en ese lugar, admito que yo estaba igual y me sentía algo solo, pero trataba de mantener la calma. En una esquina del salón de clase estaba Nash posado en el suelo llorando; yo lo observe por unos segundos, se veía indefenso y parecía ser un buen amigo. Quería ser su amigo, así que me acerque a él pregunté - ¿Por qué lloras?- él me miró con sus grandes ojos azules llenos de lágrimas y respondió

-soy nuevo, no tengo amigos, extraño a mi mamá - se limpió su nariz de la cual empezaba a salir moco

- yo soy nuevo también yo puedo ser tu amigo- contesté

Desde ese momento habíamos cursado prescolar y primaria juntos y habíamos sido los mejores amigos. Pero estas vacaciones de verano fueron diferentes, mis padres nos dieron una noticia a mi hermana y a mí, al parecer las franquicias de mi padre querían extenderse por Estados Unidos, la noticia parecía ser buena, pero toda cosa buena siempre tiene un lado malo, en este caso teníamos que mudarnos a Los Ángeles, la idea de mudarme no era algo que me agradara mucho y no con mi personalidad introvertida ¿Qué se supone que iba hacer sin Nash soportando mis tonterías?¿Qué haría yo en un país desconocido? En cambio, Aaliyah era lo opuesto a mí, ella quería salir de Pickering o más bien del país, ella siempre hacía amigos donde quiera que ella fuera ,ya se había cansado de conocer a media ciudad. Decía ella.

Bien tenía que levantarme del suelo para tomar una toalla caliente y lavarme la cara, tenía que despertar lo antes posible o llegaría tarde, tomé un poco de dentífrico y lo coloque sobre mi cepillo para proceder a lavar mis dientes, después de eso procedí a tomar mi ropa y vestirme. Salí de mi habitación y me dirigí hacia la cocina en la cual mi madre ya estaba preparando mi desayuno listo para irme al colegio, tras acabar el tazón de cereal tome mi mochila y debía de salir por la puerta e ir a tomar el bus del colegio, pero una parte de mí no quería salir y otra me decía que podría ser un nuevo inicio.

- ¡Suerte Shawn! - dijo mamá.

-Te veo después de clases- sali por esa puerta

El autobús estaba casi vacío al momento en que subí y conforme llegábamos a cada parada se fue llenando poco a poco, el ambiente que se aspiraba dentro de la plataforma andante era incomodo; las personas dentro de él usaban audífonos y la mayoría mostraba arrogancia, fue una experiencia inhóspita tener que arribar la plataforma mientras buscaba lugar entre varias miradas fijas en mí, en cuanto observe que había un asiento disponible en la parte trasera junto una chica que se encontraba arrinconada; decidí que podría sentarme ahí, así que trate de ser amable

- ¿Puedo sentarme? - dije mientras el autobús comenzaba a moverse, en eso caí sobre la chica

- ¡Idiota!- me dijo con cara de desprecio, mientras yo solo sentía como mis mejillas ardían de vergüenza

- Perdón esa no era mi intensión- dije algo nervioso, mientras la chica rodaba sus ojos con disgusto y se volteaba frente a la ventanilla del bus.

En cuanto llegamos, por fin esos momentos incomodos acabaron; todos salían desesperados ya que tan solo en la mañana estábamos a veinte grados y varios alientos combinándose en un lugar encerrado no era algo agradable. Cuando bajé del bus decidí ir a buscar informes de nuevo ingreso, por suerte había un mapa de la escuela en la entrada así que decidí buscar las oficinas para poder pedir mi horario de clases; bien solo tenía que dar unas cuantas vueltas y subir a planta alta para dar una última vuelta hacia la derecha y llegar.

Me coloqué mis audífonos y se introdujo una canción Young & Unafraid . Caminé para ir subiendo las escaleras, pero unos chicos bajaban a toda velocidad e hicieron que tropezara por las escaleras, uno de los chicos tropezó con mi cuerpo y calló encima mío, sentí su peso y su corazón palpitar tan cerca del mío, la fragancia de su perfume era espectacular, sentí como levanto su brazo para apoyarse y poder levantarse, cuando quito su pecho de mi rostro pude admirar el suyo el cual era bronceado, tenía un par de ojos caídos pero eran hermosos, su nariz que bajaba en medio de ellos y hacia que conectaran con sus labios, esos labios rosados y carnosos. Alzo su cabellera castaña que colgaba por su frente y por un momento sentí como la sangre de mi cuerpo subía por cada conducto de mis venas para terminar en mis mejillas, sintiendo como ardían en un rojo vivo, él chico me inspeccionó por un segundo luego tomó su mochila del piso y siguió su camino tras el grupo de chicos que me había derribado.

Me estremecí.

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Decidí borrar el anterior fic y mejorarlo, es la versión "mejorada" del anterior espero que me perdonen :) es mi primer fanfiction que escribo y quiero que tenga una buena redacción.

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