El día de hoy es mi cumpleaños y aunque suene tonto, lo olvidé por completo.
Nunca he sido una persona que recuerde las fechas con facilidad, de hecho, soy un asco si de recordar cumpleaños o eventos importantes, pero sí soy capaz de recordar a detalle cada una de las celebraciones a las que he asistido o las que me han hecho.
Cada una de las fiestas de cumpleaños que he tenido son diferentes pero al mismo tiempo iguales. No es que me contradiga sino que me refiero a que la esencia de cada una es distinta sin importar que casi siempre sean las mismas personas que asistan, pero las circunstancias que nos rodean son diferentes. Sin embargo, en cada una caemos en la monotonía de la rutina. Me sé el protocolo de memoria; primero viene la "sorpresa", después los regalos, comemos pastel y bebemos hasta el amanecer mientras cantamos y bailamos; la paso bien siempre que hacen eso en la Mafia, aunque creo que el mejor cumpleaños que tuve fue hace mucho tiempo atrás cuando él aún era parte de esta familia.
Aquella ocasión no hubo fiesta, baile y regalos, no. Aquel día ambos tuvimos una misión que implicaba matar a cientos de personas y que con trabajo saldríamos sin heridas. Aún así , él se esforzó para sorprenderme.
No esperaba nada ese día y hasta la fecha no lo espero, los regalos no deben de ser forzosamente materiales, me basta con una felicitación, pero al parecer él no lo veía de esa manera. Terminamos la misión con éxito, justo cómo siempre se esperaba de nosotros dos, aunque estábamos exhaustos, nos faltaba el aliento y nuestros cuerpos nos exigían descansar, después de todo, éramos apenas unos niños de 13 años. Recuerdo que a pesar de eso, el se las ingenió para acercarse a mí, que en ese momento me resistía a perder la conciencia, y de entre sus ropas me extendió una pequeña caja. Nunca noté que la llevaba a escondidas, él siempre ha sido bueno ocultando cosas, incluso sus propios sentimientos. Con trabajo me incorporé y lo miré desconcertado.
Ábrelo. Es una pequeña sorpresa para ti, Chūya.
Dije que soy bueno recordando a detalle las cosas y es cierto, incluso hoy en día me es imposible olvidar la bella sonrisa sincera que se esbozó en su rostro y cómo brillaron sus pequeños ojos cafés al verme abrir el paquete. También recuerdo la emoción que me invadió en ese instante y la calidez que sentí al darle un abrazo en señal de gratitud. Ambos olvidamos en ese momento el dolor que sentíamos a causa de nuestras heridas y nos dedicamos a compartir un bello momento que sería grabado en nuestra memoria. Un recuerdo sólo para nosotros dos y nadie más.
Aún conservo aquellos pequeños guantes, que aunque están un poco rotos, podría decirse que se encuentran en buen estado. Los conservo porque son algo que me acercan a ti sin importar que ya no pueda verte más y me hacen imposible el olvidarte. Sé que también me recuerdas porque cada año, aunque no te presentes a la fiesta, encuentro un pequeño sobre en la puerta de mi casa con una carta tuya, es bastante corto el mensaje que sueles dejarme pero eso me basta para hacerme sonreír. Justo como hoy, de no ser por ti, no hubiera sido capaz de recordar que es mi cumpleaños.
Gracias, Dazai.
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Recuerdos
FanfictionPequeño especial por el cumpleaños de nuestro querido Mr. Fancy Hat