CAPÍTULO 1

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Año 799

Una tarde fresca de verano con un maravilloso olor a flores del campo, acostada bajo la sombra de un enorme árbol sobre el frondoso césped que se extiende alrededor de las montañas en donde vivo con mis padres, de pronto pensé en que a mi corta edad de 20 años solo había dedicado mi vida a los entrenamientos, pues era lo que más me apasionaba, los combates.

A diferencia de otras jóvenes que conozco, así como Bra y Marron los chicos y la ropa siempre han pasado a segundos términos, la ropa me da igual y los chicos... para ser sincera he tenido mala suerte con ellos, todos salen huyendo en cuando me ven en lo que más me apasiona, los combates.

¡Maldita suerte la mía!

Tal vez debería andar con alguien fuerte como yo, el más cercano seria Ubb. Nos frecuentamos seguido al entrenar con mi abuelito Goku. ¡Por Kamisama! A pesar de mi edad le sigo diciendo abuelito a mi ABUELO.

Ubb es un buen chico, pero no es mi tipo. Además le gusta a mi amiga Marron Jinso. Vale, la verdad es que no hay mucho de donde elegir, y los chicos me han roto desilusionado tantas veces que ya no creo en el amor. Simplemente esas cursilerías no existen para mí, Son Pan Satán.

-Pan, la comida esta lista-Gritaba mi madre desde la puerta de la casa.

-Ya voy mamá-conteste mientras me levantaba para dirigirme hacia ella.

Mi madre me sonrió y enseguida se dio la vuelta mientras caminábamos juntas hacia el comedor.

Mi padre ya nos esperaba sentado en el centro de la mesa. Después de lavarnos las manos mi madre y yo nos sentamos cada una en una silla al lado de mi padre.

-Pan-sonó la voz firme de mi padre-te has estado exigiendo mucho a ti misma en los últimos años con los entrenamientos al lado de mi padre, ¿no crees que también tienes derecho a disfrutar tu juventud saliendo con amigas de tu edad? ¿Hace cuánto tiempo no sales con Marron o Bra?

Sentía la vista fija de mi padre hacia mí.

¡Y yo no sabía que contestar! Como le decía a mi padre que si no salía con ellas, era porque solo hablaban de chicos y los chicos con ellas no salían corriendo como conmigo, y al final, siempre terminaba haciendo mal tercio o de más con ellas. Definitivamente no lo entendería, ¿o si?.

-Hija-prosiguió mi padre tomando un sorbo de su agua- eres una joven muy hermosa y mereces hacer lo mismo que las jóvenes de tu edad-¡Por Kamisama! Podía leer mis pensamientos. -el entrenamiento es importante, pero desde que empezaste a caminar te has dedicado solo a ello, y ahora que has terminado la universidad es lo único que parece que quieres hacer.

-Papá... yo...no se...

-Lo que te diré sonara extraño-dijo mi padre interrumpiéndome-deberías de empezar a salir con algún chico-mi madre y yo dejamos caer la boca por la impresión. Que mi padre dijera eso sí que era algo nuevo para nosotras-no me miren así--prosiguió mi padre-quiero ser abuelo algún día.

Yo no pude contener el agua que había empezado a tomar dentro de mi boca y la escupí de repente por su último comentario. Ni siquiera tenía novio, y él quería nietos?

-Padre, no crees que aún tengo mucho tiempo... para... eso.

-Al ritmo que vas al lado de tu abuelo, dudo que consigas un novio. Hija, necesitas darle variedad a tu rutina. Prométeme que agregaras actividades nuevas. Al menos busca un empleo, eso ya sería un gran paso.

-De acuerdo, tratare-dije con resignación- pero no te aseguro nada.

-Bien. -dijeron mis padres con una sonrisa al mismo tiempo.

APRENDIENDO A AMARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora