Marco, necesito un abrazo

                Ella lo sabía, la muy remilgada lo sabía y lo usaba en su contra maldición. Desde que habían vuelto de la batalla contra Toffie, ella había sido aceptada nuevamente por su madre y él ya había marcado con sus padres el punto de no retorno sobre su asquerosa e inservible relación, pero lo que lo tenía histérico era algo completamente diferente.

- Marco, necesito un abrazo- ¡¡¡Era esa maldita frase de la rubia!!!

Ok, la había abrazado en un momento de debilidad al creer que había muerto, era entendible, pero que ahora se lo pidiese cada que se sentía insegura, cada que en la escuela llegaba la estúpida de Star Heater trece, o simplemente que su madre se mostraba decepcionada de ella ¡¡¡Pedía lo mismo!!!

Es una chica sensible, se entiende que los necesite...

¡¡¡¿Pero porque precisamente se los tiene que pedir a él?!!! Janna y Jackie eran sus amigas, estaban seguramente más dispuestas que él, hasta sus padres la querían más que a él, un abrazo era algo que le darían por gusto, y quizás como reprimenda desde el retorcido punto de vista de su progenitor. Pero siempre llegaba a él...

- ¿No puede ir con otra persona a pedirle ese mugroso abrazo?- Era lo que comúnmente pensaba en esa situación.

¡¡Y solo se volvía peor!! Imaginar a la rubia pidiéndole a otra persona, con los mismos ojos brillantes, voz tambaleante, cabello perfecto cubriendo su frente al desordenarse por la agitación y la respiración acelerada característica de sus ataques de ansiedad solo lo hacía enfadarse más.

Ella es ¡¡Su!! Mejor amiga, no de otro...

Y aun así se contradecía a si mismo con sus argumentos y estúpidas emociones. Pero lo que terminaba por volverlo loco, lo que verdaderamente lo sacaba de sus casillas era... Que no podía negarse, siempre cedía sin mucha, por no decir nula, resistencia. Él abría los brazos y ella se pegaba a él sin mediar palabra y lo envolvía con sus temblorosas manos para segundos después él regresara el gesto con más firmeza, a veces acariciándole el cabello.

¡¡¡Y eso era demasiado!!!

No era algo que el chico peligro hiciera, no, él no debía actuar así, ni por asomo, él debería alejarla, decirle que no se comportase así y bromear diciéndolo lo ridícula se veía, eso era lo que haría, era la ley de su vida, era...

- Marco- La voz de la chica lo saco de su discurso, estaban en casa y había discutido nuevamente con su madre la reina por lo que pudo ver, venia igual que siempre, ojos llorosos, temblando, cabello sobre la frente- Necesito un abrazo...

Y nuevamente todo ese auto convencimientos se fue al demonio, abrió los brazos y ella se unió con él. Sabía que tenía que hacerla alejarse, a ella y a su maldito aroma, esa ridícula calidez y sensación de calma que lo embriagaba y hacía que no quisiese soltarla, como su él necesitara eso también aun cuando no era así. Pero al final reconocía que se sentía malditamente bien... Y no podía negarlo.

Le encantan esos abrazos que ella le pide únicamente a él...

Claro, ella nunca tendría por qué saber eso.