Todo por dandalion

Portville

Las gotas de lluvia caen y rebotan sobre el auto de Peeta.

Aun no entiendo.

¿¡Por que carajos me he subido a su auto!?

Y lo más importante...

¿¡Por que yo he aceptado!?

Digo no esque este mal...

Con ese precioso cabello rubio y esos ojos...

Ya! Ya! ya fue suficiente Katniss, controla las hormonas, controlalas...

Maldito Dandalion.

- Entonces... eh aqui el famoso Peeta Mellark- digo porque no soporto seguir oyendo a mi mente.

-¿Sabes mi nombre?- dice ¿Esperanzado? no eso no si hay algo que se es que Peeta Mellark no se inmuta a nada... Seguro solo lo he pillado desprevenido.

-Tu padre aparecio en la revista forbes este año, seria raro no saberlo-

Sonrie mostrando una dentadura blanca debajo de esos...

Hormonas malas, Hormonas malas

-Supongo- dice mirando al semaforo que esta de color rojo.

El estupido cambio climatico que ahora me mantiene aqui se le antoja hacer otra jugada y me hace tiritar.

El me pasa su chaqueta y por enecima vez en este dia dudo.

¿Pero que mas da?

Digo a estas alturas ya nada puede estar peor ¿No?

En un momento de puro atrevimiento respiro su aroma y Dios! huele a chocolate jabon y ¿Pan recien horneado?

Sin duda devo estar alucinando.

Aparcamos el carro y el me abre la puerta incluso me da una mano y yo la acepto camino a su lado mientras nos metemos al starbucks.

Es calido aqui adentro y la verdad, mi estomago no esta arrepentido de aver venido.

Tal vez el dia no sea tan malo despues de todo.