-¿Estoy bien, Naya? -me pregunta una muy nerviosa Emma.
-Estás perfecta. Tranquila... -me limito a contestar.
Emma está así de nerviosa porque... Bueno, se va a casar con Evan Peters...
Sí, el chico alto y rubio ese. Ese es Evan.
El asunto es que los dos se van a casar hoy. Dentro de 20 minutos, exáctamente. Y yo... Yo... Bueno, no puedo con mi alma por ello.
Llevo siendo amiga de Evan desde primaria y, siempre he tenido una pequeña-bastante grande atracción hacia él, lo cual me jodió la existencia cuando me lo dijeron...
*Flashback*
Me encontraba sentada en el sofá de la casa de Emma. Desde que ella y Evan habían empezado a salir nos llevamos bastante bien, aunque ame a su novio.
Ella obviamente desconoce de este pensamiento, idea, hecho, o cómo lo queráis llamar.
El caso es que me había llamado para contarme algo con mucha urgencia, y yo, cómo buena amiga, vine de inmediato.
-Muchísimas gracias por venir tan rápido. -dice Emma sentándose conmigo en el sofá.
-Bueno, no me mantengas con la espera. ¿Qué es eso tan inportante que mi quieres contar?
-Bueno... ¡Evan y yo nos casamos!
*Final Del Flashback*
En ese momento, mi mundo se derrumbó. No me podía creer que llegasen a casarse, sobre todo después de que Evan... Se "escapara" para estar conmigo.
Básicamente, que Evan y yo tuvimos nuestro momento de pasión... Mientras que él estaba con Emma...
¡Lo sé! Soy un putón verbenero de los que ya no quedan... Y no estoy nada orgullosa de ello... Creédme que no estoy para nada orgullosa. Pero, no era la primera vez que pasaba eso.
A lo largo de los años, Evan y yo fuimos creciendo juntos... Y tuvimos todas nuestras primeras experencias juntos.
Y cuando digo TODAS, son TODAS. Sí, incluyendo el primer beso y la primera vez.
He crecido a su lado... Y no pude ser tan tonta, cómo para enamorarme de él.
Pero... Soy una tonta... Una tonta por amor. Y encima por un amor que no me corresponde.
Y lo que me jode, es que Emma es una buena chica, y ella se merece a alguien tan bueno cómo Evan. Además, ¿qué puedo hacer al respecto? Nada en absoluto.
-¿Cuánto tiempo queda? -me pregunta otra vez Emma.
-Quedan 20 minutos. Tranquila, todavía puedes retocarte un poco si quieres. -la digo intentando sonar lo más tranquila posible. Si yo ya estoy hecha un manojo de nervios y ni siquiera es mi boda (más quisiera yo que lo fuera), no quiero poner aún más nerviosa a la novia.
-Creo... Creo que yo ya me tengo que ir a salón, Emma. -la digo mientras me levanto y me dirijo a la puerta. -Mucha suerte.
Cierro la puerta detrás mío y me dirijo a lo que me va a doler más: al salón de bodas.
Tener que ver a Evan en su traje de novio va a matarme por dentro, y por fuera también. Pero, es lo que tiene estar enamorada de alguien con el que no tienes futuro.
Llego al salón, y busco mi sitio. El cuál está en la primera fila.
-Genial... -pienso para mis adentros.
Esto me pasa por darme esperanzas ante algo que no tiene nada bueno que darme.
Y no puedo pararlo.
