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Quizá una de sus clases que más detesta es Química; no entendía nada de lo que la maestra explicaba—además de que lo explica demasiado rápido—les comienza a regañar de ser el peor grupo en su curso. Para suerte de él, no había venido la señora debido a que su auto se había averiado y no alcanzaría a darles clases durante esta semana, hasta que auto vuelva a funcionar. Pero aun con eso, estaba aburrido observando la tarea de Matemáticas que no había realizado ayer, mordía su labio superior y la goma de su lápiz reposaba en sus labios mientras pensaba en alguna solución.

Se suponía que alguien los estaba cuidando: quien era nada más ni nada menos que su tutora, quien solo se dedicaba a observar su celular mientras que los compañeros de Harry hablaban casi a gritos unos con los otros, pero a ella no pareciera importarles.

No dejaban que el de rulos se concentrara, daba miradas repetidas al grupo de chicas que gritaban al ver el nuevo video de Justin Bieber, ¿no podía verlo en silencio? También observaba con enojo a la maestra al no hacer nada para que guardasen silencio. Volvió su vista al cuaderno, se dio cuenta que solo le faltaba un incógnita por resolver, su sonrisa apareció y un alivio invadió su cuerpo, la maestra no le diría nada.

"¡Escucho mucho ruido!" dijo la maestra mientras decía las palabras cada vez se intensificaba su voz. Harry rodo los ojos, era lo único que hacía y haría.

Habia acabado por fin el ejercicio, suspiro aliviado y se dispuso a guardar el cuaderno en su mochila rojiza. Ahora se encontraba reposando su barbilla en las palmas de sus manos mientras miraba con aburrimiento la pizarra blanca, donde venia anotada la fecha de entrega de exámenes, que fue el primer aviso que les dio la tutora antes de que empezara el desorden. Movía su cabeza al son de la melodía que se reproducía en su mente, una canción de Bethoven que su hermana había colocado durante el trayecto a la escuela. Cerró sus ojos pero el movimiento de su cabeza no cesaría, trataba de disfrutar un poco el ambiente que la canción le generaba.

"Harry" hablo alguien tocando con la yema de sus dedos sutilmente. Observo a quien le había tocado, era Maya.

Maya, la ex novia de Niall, lo sabía ya que el día pasado se lo había comentado. Dirigió un poco más su cuerpo hacia la dirección en donde se hallaba la chica, esta enredo sus titubeantes dedos en su cabellera recién teñida de castaño, le sonrió coqueta.

"Me preguntaba algo" pauso mirando con detenimiento los ojos del chico, por un momento se perdió en aquel verdoso mar "¿quisieras darme clases de Matemáticas? Me han dicho que enseñas bien, y a mí me está yendo tan mal"

Mentiras habían salido de la boca de la teñida; si la memoria de Harry no mal recuerda, ella saco un buen promedio durante estos periodos de clases, lo cual le desconcertó un poco. Sus pensamientos y dudas fueron aclaradas al notar aquel coqueteo que aplico la chica, el típico "ven y dame clases privadas en mi casa" terminara en un acercamiento hacia él, y si llegase más allá un beso seria robado de sus labios o incluso una noche llena de pasión, lo cual no le agrada eso al castaño.

"No lo sé Maya" rasco su nuca repetidas veces tratando de hallar una escapatoria al problema "Es que por las tardes voy con Niall a que me enseñe armar el cubo" los ojos de la chica fueron rodados y una maldición baja salió de su boca.

Pareciera como si Harry le hubiese nombrado Harry Potter al mismísimo Voldemort. Peinaba con rapidez su largo cabello teñido mientras daba miradas asesinas—pareciera que lanzaba pequeños frascos llenos de veneno a Niall—respiro profundo y sonrió tiernamente al chico frente a él.

"¿Pero vas todos los días?" pregunto con curiosidad. La mirada de Harry se movió hacia el piso, quien pensaba a detalle lo que saldría de su boca.

Rubik's; narry storan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora