El helado frío antártico estaba dentro del buque, como especie de un intruso inevitable a toda costa. Era mas de la 1 de la madrugada recuerdo, me encontraba acostado sin poder conciliar algo de sueño. La vida en alta mar no es cuestión de experiencia sino de resistencia ante todo lo que pueda sobrevenir en un viaje de esta categoría, pues la costumbre de ser marino en aguas del norte de Europa no tiene semejanza alguna con el navegar aguas del atlántico sur, muy cercanas al polo. Pero allí estaba, pensativo e inerte, recordando muy bien el día en que dejamos tierra firme el 17 de diciembre de 1938, recuerdo el borde costero de Hamburgo como si se tratase de algo reciente, pero no era así.
Llevabamos más de 3 semanas a bordo del MS Schwabenland, un buque de nuestra marina militar. La misión que se nos encomendó sería la más importante ordenada por el Funhrer, que era el explorar las bastas tierras del polo sur. Esto me trae una cantidad considerable de preguntas a la cabeza: ¿Por qué explorar una zona tan recondita y lejos de Alemania?, ¿En que nos beneficiaría invadir el polo sur? y muchas otras interrogantes. A decir verdad, sólo se nos dijo que el fin principal de la expedición era el de establecer una estación ballenera para que Alemania exportará este producto a toda Europa, sabiendo que eramos totalmente importadores de este.
-Seemann kommt zum Cockpit! - Dijo el capitán por el parlante. (Marino venga a la cabina de mando!)
Me levante rápidamente y con mas de 4 abrigos de fibra polar me dispuse a irme hasta el encuentro. Estaba totalmente oscuro afuera, a excepción de las estrellas del firmamento que se mantenían brillando por toda la noche. Hay que aclarar que las noches duran menos de 12 horas por la cercanía al circulo polar antártico.
Llegue a la cabina, y vi al capitán Alfred Ritscher sentado como de costumbre en su escritorio de madera, tomándose una cerveza bávara y viendo un mapa sobre la costa ya explorada de Antártica.
- Wislem, ven y siéntate. ¿Quieres una cerveza?- respondió sin dirigir la mirada hacia mi persona.
Note el frío que tenia, pues no dejaba de temblar.
- Si Capitán, ¿Para que me llamó?- le pregunte.
Sirvió la cerveza y expresó: - Te llamé para avisarte que estaremos a tan solo dias de llegar a la costa, allí comenzaremos la exploración terrestre del territorio. Pero mucha cautela, tu sabes muy bien el propósito de todo esto.-
Con una cara de impresión, rojiza y de cejas congeladas le replico:
- Y acaso, a pesar de ser un militar del reich, ¿no se me debe de notificar el propósito real de esta expedición?-
- No, la tripulación no debe saber el verdadero propósito de este viaje. Tu sabes perfectamente que no estamos aquí por una estación ballenera, como se le ha dicho a los demás integrantes de la tripulación. Sólo puedo decirte que hemos venido a un encuentro con los nórdicos de esta tierra, los que denominan "Arios de la Antártica". - Dijo
- ¿Arios? ¿En tierras tan desoladas? Usted me esta tomando el pelo capitán. Eso es totalmente imposible.-
- No es imposible, esta expedición fue programada por el canciller en persona para realizar un trato diplomático con estas "personas", dada tu cautela y entrenamiento podre decirte que en estas tierras hay mas misticismo que hielo Wislem.-
- Yo no creo en supersticiones ni cuentos de marinos Alfred, todo eso que circula en boca de muchos sobre seres viviendo debajo de la tierra es algo descabellado a decir verdad.-
- Yo tampoco creo en historias como esa, pero si el funhrer insistió en realizar una exploración a este sitio debe tener un proposito ampliamente sustentado.-
La conversación duró toda la madrugada, la cerveza que parecia inagotable animó aún más el tema y a decir verdad, el mito pasó a ser una interesante realidad después de tanto debate.
El capitán habia perdido la noción del entorno en donde se encontraba, pues comenzó a decirme todo lo referente al viaje. Para mi suerte, a pesar de haber tomado unas quince cervezas tipo Kölsch aún mantenía un estado de sobriedad.
- Tu... sabias que el funhrer tiene intenciones de visitar Agharta...? La su...puesta tierra de los arios... (carcajada) que estupidez... yo colaborando con la causa del partido... bueno... estoy aqui con un barco... y unos 8 submarinos lleno de militares debajo de nosotros.- Dijo tirando el vaso de vidrio al piso de madera de la cabina.
Eran cerca de las 5 de la madrugada, el capitán se quedó dormido en el sillón y yo con la poca fuerza que mantenía, logre llegar al camarote.
Noté que Alfred era un hombre sólo, frío y testarudo, todo ello ocasionado por la dura carrera militar que llevaba. Tenía entendido que se habia divorciado para poder dedicar su vida al servicio de marina.
Por la mañana.
![](https://img.wattpad.com/cover/107896845-288-k883948.jpg)
YOU ARE READING
Nueva Suabia: El escape de Hitler.
Mystery / ThrillerLa historia que el mundo conoce acerca del fin del tercer reich en el búnker de Berlín sigue siendo sólo una de las muchas hipótesis sobre como terminó Adolf Hitler. Pero lo que realmente sucedio fue uno de los escapes mejor planificados de la histo...