Más allá de lo alto en aquel gran paraíso donde los dioses observaban y analizaban, confundidos por lo que el humano hacia a diario,¿cómo era posible que ellos los habían creado y no se explicaban que querían los humanos actuando de esa manera? La diosa Rabel, diosa reina, elegante, calculadora con un alma de líder pura, era delgada, alta de tez blanca, labios delgados con una pizca de rosado en ellos, cabellos como los rayos del sol adornados de pequeñas flores de colores que resaltaban el verdoso de sus ojos que tan solo brillaban al hablar del amor, ella sentía que los humanos dependían en gran totalidad de los dioses pero tampoco se explicaba ¿qué hacían con el mundo? , ella había pasado noches en vela pensando que podría hacer para encontrar la razón por la cual los humanos actuaban de tal manera y temía que llegarán a la autodestrucción. Su única esperanza era ella, hija sexta del dios del amor.....Cupido.
La había observado y tenía algo que sería de gran ayuda para el viaje pero aun dudaba ya que si no enviaban a la persona correcta no podría ayudar a los dioses a entender que sucedía allí abajo y prevenir toda clase de autodestrucción.
Así qué sin pensarlo más llamo a Vicu, su mensajero, le encargó que investigara toda clase de información, y que la observara detalladamente para que finalmente decidieran si era correcta para este viaje. Después de que Rabel diera su orden, Vicu su mensajero un chico algo delgado, cabello castaño, ojos de color café que resaltaban a través del cristal de sus anteojos, piel de un rosado pálido, labios gruesos de color rojo claro, amante de la literatura, aunque los demás mensajeros se burlan de el por tener aspecto de nerd, el era inteligente responsable y el mejor de los mensajeros.
***
Durante los meses que había observado a aquella chica, se dio cuenta que era la indicada, así que se lo comunicó a Rabel. -Bueno, ¿y estás seguro de que ella es la indicada? - pregunto Rabel con algo de desconfianza y mirándolo a los ojos - si Rabel, la he observado el tiempo suficiente, y estoy más que seguro que ella es la indicada ,es sólo que tú me autorices para ir a buscarla -respondió él sin ni siquiera una pizca de inseguridad en su mirada , Rabel al ver lo seguro que estaba, accedió- Esta bien Vicu , confió en ti ve a buscarla y ofrecerle que sí ella cumple este viaje correctamente tendrá lo que ella más desea, dile que es palabra de diosa- aseguro, alzando su mano derecha en forma de promesa.
Vicu se dirigió hacia el instituto donde los preparaban para ser dioses, era un campo abierto con un gran edificio de nube , que se dividía en salones con distintos profesores.
Caminó por un pasillo largo y ancho lleno de muchos futuros dioses que difícilmente lo dejaban avanzar , hasta que antes de llegar al final de ese tormentoso y sobre poblado pasillo vio aquella chica.
No tan delgada , piel de color amarillento una hermosa piel que la diferenciaba de todas, ojos miel almendrados , pestañas largas que nacían de sus párpados,labios perfectamente proporcionados de un color rosado natural que tentaría a cualquiera para probar el sabor de aquellos labios, nariz pequeña con un perfil perfecto, mejillas teñidas naturalmente de un rosado claro de le daba color y ternura a su rostro,cabellos de un tono castaño único con pequeños rayos naturales de un color más claro , con aspecto sedoso y suave caía libremente hasta más abajo de sus hombros ,un cuerpo único, ni tan delgada ni tan gorda simplemente un cuerpo único y con cada una de sus proporciones, tenía un gesto serio y frío en su rostro , tal vez no era tan perfecta.
Algunos decían que ella era algo extraña que vivía en su propio mundo que era muy fría y desapegada con respecto al amor algo realmente irónico ya que era hija de Cupido el dios del amor o sólo tal vez eran rumores por envidia, ya que aquella chica era verdaderamente hermosa.
Sin pensarlo más y antes de que la perdiera de vista , Vicu algo dudoso se acerco a ella hasta llegar a estar lo suficientemente cerca para entablar una conversación normal y ofreciéndole una pequeña sonrisa sincera - Hola , soy Vicu - avanzo , extendiendo su mano y esperando a que ella hiciera lo mismo de forma algo amable , pero tenía su mirada y sus manos concentradas tratando de abrir su casillero para empacar los libros que le faltaba en su mochila , maldiciendo casi en susurros mientras forzaba una y otra vez la puerta para abrirla . Cuando ya se dio por vencida, dirigió su mirada por el pasillo, a ver si alguien había notado su vergonzosa situación de no poder abrir su casillero, pero nadie lo había hecho.
Hasta que detuvo su mirada a su lado y se dio cuenta de que le habían hablado, miró al chico por unos segundos y después volvió su mirada al candado casi deseando que se desapareciera, para poder sacar sus libros y no llegar tarde a su siguiente clase.
- Hola,soy Thais - dijo levantando su mirada y estrechando su mano en forma educada . -¿Tu eres la hija sexta de Cupido verdad? - separo su mano de la de ella dando por terminado la presentación y con una sonrisa volvió a su puesto pero si esperar aquella respuesta - agg- renegó, rodando sus ojos - No sabes cuánto me molesta que me reconozcan por ser hija de Cupido "el dios del amor "podrías por favor ser la excepción porque no es tan fantástico ser hija de Cupido como algunos piensan - dijo con fastidio y haciendo comillas con sus dedos mientras decía el dios del amor.
Para después bajar las manos hasta sus hombros acomodando su mochila y volviendo su mirada al candado de su casillero -está bien, muy bonito y original tu nombre - Vicu se refirió con sinceridad y tratando de cambiar de tema , ella dejo de mirar el candado y le dedico la mirada a aquel chico ,respondiéndole al cumplido hacía su nombre- ..Gracias me lo puso mi madre antes de que ... -
Antes de terminar la frase bajo la mirada hacia el piso de aquel pasillo ,recordado los consejos de su madre, su temperamento y lo que nunca olvidaría. Su aroma dulce como pétalos de rosas con rocío de la mañana y aquella mirada clara color grisáceo , que siempre le regalaba confianza en si misma.
Aunque sus ojos eran algo opacos nunca dejaba de expresarle su amor maternal con su mirada hacia esa pequeña nena de 6 años , todos esos recuerdos dejaron de pasar por su mente cuando se dio cuenta de que no estaba sola ,así que decidida a ser fuerte como su madre tanto le había enseñado dio un suspiro y levanto su mirada , pero esta vez con un brillo de orgullo en sus ojos que los hacían ver aún más hermosos .
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TRUST
Teen FictionThais, hija sexta de Cupido. Alguien que siempre marcaba la diferencia,que tras la muerte de su madre siempre fue fuerte, que creció sin un padre, que es incapaz de amar a los humanos, que no recuerda que es el amor. Pero aún así Rabel la escogió pa...