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Podría haber sido en cualquier otro momento y hasta en un mejor lugar, pero no siempre poseía la determinación sufiente. Dio pequeños golpecitos en la puerta de la habitación de su hermano menor, sabía que se encontraba allí.

Aguardó.

Se requiere de la presencia de un cigarrillo.

Tras ver a Blueberry quedó boquiabierto. No era común el verlo vestido con ropa casual (no es que su armadura y su bufanda no se consideraran a esa altura de sus vidas como algo casual /normal/), ese conjunto lo hacía lucir radiante... adorable, aunque ante sus cuencas era adorable siempre.

Al parecer, había "llegado" en el momento justo.

-¡Hey! Hombrecito, em... -¿Qué estaba pasando? ¿No recordaba cómo hablar?

Entre sus dientes se precisa la aparición de un cigarro.

No era el momento para estar estoico, balbucear y/o pensar en que había una diminuta posibilidad de que un color anaranjado apareciera en la sección frontal de su cráneo. Mucho menos que podría quedar como un completo tonto frente al arándano por poner alguna extraña expresión.

¡Qué suerte la suya!

Pensó en todo y más, ¿Por qué negarlo? Era la ironía de la vida, el karma que le hacía una mala jugada o vaya a saber él, el porqué de su mala racha y la aparición espontánea de su enemigo: los nervios. También se podía sumar una variable más a la ecuación: el escape del pequeño monólogo que hace tiempo venía practicando.

En blanco. Su mente estaba en blanco.

¿Y el cigarrillo? La ansiedad iba a terminar erosionando sus huesos.

-So, -Sonrió nervioso, ¿Qué podía hacer? ¡Necesita una respuesta! Claro está que no la obtuvo. -pasaba por aquí, -Ahí es cuando guiñaba una cuenca y la broma empezaba. -y me preguntaba si estás libre, BB. ¡Ekk! Si estás ocupado, vengo otro día. No es que vaya a venir, vivimos bajo el mismo techo pero tú me entiendes, ¿Cierto? Heh. -Hablaba por hablar, nada conciso salía de su mandíbula y ni siquiera terminaba una oración. Tampoco estaba intentando hacer un juego de palabras para escapar de la situación.

Notó la expresión de confusión proveniente del otro esqueleto, debía hacer algo ¡rápido!

"¡Vamos, Papyrus! Tú puedes hacerlo."

Respiró hondo, como si quisiera llenar sus inexistentes pulmones y luego exhalar todo el aire junto a un grupo de palabras.

No fue hasta la habitación del menor para hacer el ridículo, fue para algo más importante.

Una vez más lo intentaría.

-Estoy aquí porque quería invitarte a tomar un Nice-cream, bro'. He escuchado que hay un nuevo sabor que hará helar tus huesos. Heh.

Se avergonzaba de sí mismo por no poder hacerlo bien y atrasar aún más su declaración.

Aún está necesitando un cigarrillo o quizás dos. La caja entera estaría bien.

Nadie dijo que sería fácil. Cruzar esa pequeña línea, ser rechazo, perder a la persona más importante en su vida. Y así el discurso de mental de restricción comenzaba, demasiados puntos negativos que lo salvarían de un inminente fracaso.

Miedo.

¿Y qué había del lado positivo? ¿El felices para siempre? Solo estaban en su imaginación, tal vez.

Aceptó la respuesta positiva de Sans, hacer una actividad de hermanos nunca estaba de más.

Por otro lado, era una pena que no se haya preguntado: ¿Por qué Blueberry estaba así vestido?

Palabras inconclusas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora