La amistad de 4 años que tienen Jessica y Nigel se ve interrumpida por un gran golpe de suerte. Y cuándo creyeron que su amistad estaba totalmente acabada el destino se ocupó de unirlos nuevamente, dos veces.
Ella no es exactamente una princesa aunque él bien podría ser un príncipe. En este escenario no hay castillos o caballos y este no es un cuento de hadas tradicional. Una historia de amor que sólo podía desarrollarse entre las grandes edificaciones y luces de la Gran Manzana. Un cuento de hadas de Nueva York.