Youngjae se había marchado hacía largos dos años, cuando Jaebum había pedido un espacio, o mas bien, lo había echado de su apartamento, de su vida sin darse cuenta, y el menor se lo había dado mientras en silencio terminaba con todo aquello.Todos lo sabían e incluso Jaebum mismo, Youngjae lo había amado con todo su ser soportando un dolor que solo los que aman de aquella manera tan pura eran capaces de llevar, de una manera tan dolorosa que quienes lo veían sentían lastima.
En ese entonces había sido inmaduro, descuidado, insensible y cada dolor que sufriera no era ni un poco el que Youngjae había cargado por su culpa.
Nadie entendía como alguien tan dulce y tierno como Youngjae fuese novio de alguien tan frío como Jaebum, pero al menor no le importaba, estar con él era suficiente incluso cuando su amor no era correspondido, era adicto a un falso amor.
Quizá era por el miedo a estar solo, quizá por algo mas, pero él sabía que por alguna enferma razón amaba a Jaebum y lo necesitaba. Algunas veces se odiaba a si mismo por ello, no tenia amigos ni nadie aparte de Jaebum, podría decirse que era su polo a tierra.
Antes de él era como no ser nadie.Ambos empezaban el semestre en la Universidad y Youngjae tan despistado como ninguno estaba perdido así que se acercó a un alto chico que estaba lejos de ser amable, estaba un poco intimidado por el extraño pelinegro quien solo lo veía con esos ojos tan fríos, no quería llegar tarde a clase así que le preguntó por la dirección y él fastidiado lo ayudó, justo en ese momento sin saberlo su vida cambiaría, en ese simple momento en que corrieron hacia el otro ya nada sería lo mismo.
Desde ese día a Youngjae se le fue imposible separarse de Jaebum y poco a poco el mayor fue abriéndose a él, no demasiado sin embargo al castaño parecía no importarle, mientras tuviese un poco de Jaebum para si mismo, aunque fuese un pedazo muy pequeño no le importaba.
Jaebum se negaba a caer en esa trampa llamada "romance", él creía que amar era una pérdida de tiempo, solo eran mentiras y que al momento de entregarle tu ser a alguien tendrías que mentir para no salir lastimado, no quería eso, no quería enamorarse.
Por el contrario Youngjae ya había caído por Jaebum y no había hecho nada para evitarlo, amarlo era tan natural.Tan frío y cínico como él mismo, usó a Youngjae a su antojo, se divertía con sus sentimientos, sabia que el pequeño chico nunca le negaría nada, si no iba a amarlo tal vez podría divertirse un poco con él y el menor necesitado de la atención y falso afecto de Jaebum accedía a todo, lo consumió, pero pagaría un precio muy caro.
Es cierto que siempre estaba rodeado de personas pero ninguno de ellos era tan tonto para acceder a todos sus caprichos sin pedir nada a cambio.
Youngjae si, por eso lo consideró su blanco perfecto. A sus espaldas veía a otras personas, besaba a alguien mas, dormía con alguien mas, malditamente sabiendo que su novio lo esperaba en casa, probablemente había preparado comida para él y miraba expectante la puerta esperando el momento en que la cruzara para abrazarlo, nunca cuestionando el olor a alcohol, cigarro y perfume de alguien mas.
Ya ni se molestaba en crear excusas cuando llegaba tarde a las citas o no lo hacia en lo absoluto.
Youngjae era insignificante.Quizá la actitud sumisa, obedecer todo sin rechistar, como si eso fuese algo natural, eran las actitudes por las que tenía a Youngjae a su lado.
Él ignoró aquello y las miradas de dolor que el otro le dedicaba, lo sabía, siempre lo había sabido, pero si no lo había dejado significaba que al menos le importaba, tan siquiera un poco ¿cierto?Solo bastó ser empujado al borde, llegando a sus limites, una bomba de tiempo que había aguantado demasiado esperando a explotar.
— Mereces algo mejor y lo sabes— Había dicho alguna vez un compañero, no tenia amigos pero todos sabían por lo que pasaba, y esa muy obvio viendo como Jaebum sin descaro coqueteaba con otras personas sin importar que otras personas lo vieran, sin importar que Youngjae lo viera.