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“¿Estás segura de esto, Cam?” preguntó Liam, no muy seguro de si colarse en un club no apto para menores de edad era la mejor idea.

La chica de ojos avellana le guiñó un ojo, señalando hacia la entrada, donde su amigo Ashton hablaba animadamente con el portero fortachón. La verdad, no se sorprendió cuando el hombre musculoso los dejó pasar. Ashton era un chico con labia y encanto. Era increíble la manera en la que podía persuadir a las personas.

Camila lo arrastró por la muñeca para entrar dentro de la discoteca. La música resonaba a todo volumen en el interior y los tres amigos no sabían por donde empezar. Ashton era el único con más de dieciocho años, por lo que pudo ordenar unas cuantas rondas de bebida con alcohol. Liam no estaba muy cómodo, para que mentir. Él hubiese preferido quedarse en casa, o haber aceptado la oferta de Niall para ir al cine al aire libre.

“Mierda, Ash” Liam hizo una mueca extraña cuando probó la bebida azulada que su amigo le dio. “¿Qué se supone que es esto?”

Camila rió al ver la cara de Liam. Se notaba que jamás probó el alcohol, a excepción del champán y la cerveza. La chica ya estaba acostumbrada a salir de fiesta en fiesta con Ashton y los demás. Podría decirse que probó todas y cada una de las bebidas que servían es este tipo de locales.

“Algo, Liam. Tú no lo pienses. Trágalo y déjate llevar” dijo su amigo sonriente. Liam alzó una ceja, terminando el trago azul y sintiendo como la borrachera lo iba dominando a medida que iba ingiriendo más de esa bebida desconocida.

Los tres amigos salieron a bailar. Con el nivel de alcohol hasta arriba y moliendose con las demás personas al ritmo de «Tonight» de Enrique Iglesias. Liam bailaba pegado a Ashton, mientras que Camila se alejó con una chica de ojos verdes. Los dos amigos se movían entre risas y pisadas accidentales, la espalda de Liam pegada al pecho de su amigo.

El castaño de ojos almendrados reía escandalosamente cada vez que Ashton tropezaba o se le ocurría bajar su mano a las nalgas de Liam. Estaban borrachos, ni siquiera eran conscientes del escándalo que estaban montando. Por suerte, la música opacaba cualquier tipo de risotada y solo parecían dos amigos bailando y divirtiéndose juntos.

“Ahsy, ¡Tengo sed!” gritó Liam en el oído de su amigo. Los dos amigos caminaron torpemente hasta la barra, allí les sirvieron dos vasos con otra bebida diferente. Sus cabezas dolerían como el infierno al día siguiente.

Liam se lo bebió de un trago, gritando agudamente cuando el líquido rojizo quemaba por su garganta. Ashton solo podía reírse como un idiota. De verdad, los dos parecían sacados de una película. De comedia quizá.

“Perdona, ¿Vas a sentarte?” dijo una voz ronca cerca de su oído. Liam volteó la cabeza a una velocidad demasiado rápida, consiguiendo que su jaqueca se volviese más pesada. Entonces, miró del hombre al taburete donde estaba apoyado y una sonrisa bobalicona apareció en su rostro bronceado.

“¡Sí!” Liam intentó subirse a la silla alta, pero falló en el primer intento y cayó con una risa tonta a los brazos del hombre. “Espera, que lo intento otra vez”

Pero el hombre no le dejó. Lo sujetó por la cadera, evitando que sus piernas le fallasen y cayera al suelo dolorosamente. Zayn examinó el rostro y el cuerpecito de aquel chico y no le hechó más de dieciocho años.

“¡Su-suéltame!” gritó Liam, riendo después.

“Si te dejo en pie, vas a caerte” gruñó el moreno. Liam se volteó, sujetándose a los fuertes hombres de aquel dios griego. Porque eso es lo que era. Tenía las facciones más perfectas y masculinas que Liam jamás haya visto y unas pestañas largas y oscuras que lo cautivababan. Al igual que sus ojos color ámbar y sus delgados labios cereza.

Zayn también se detuvo a examinarlo. El niño era precioso. Tenía los ojos marrones más grandes y bonitos que puedan existir y unos labios perfectamente rellenos y de un rosa tirando a rojo. Tuvo que contenerse para no besarlo y hacerlo suyo allí mismo, delante de todos.

Pero Liam no pareció contenerse. Pegó sus labios con torpeza y lo rodeó por el cuello para poder acercarlo más. Zayn se quedó en blanco por unos segundos, pero no tardó en corresponderlo. Sus labios se movían a un ritmo lento, perfecto. Liam podía jurar que Zayn era el mejor besador del mundo, teniendo en cuenta que no había besado muchos chicos. Sus grandes manos fueron a parar a sus delgadas caderas y la manera en la que Zayn lo pegó más bruscamente a su cuerpo, sacó un pequeño gemido de los labios de Liam.

“Zayn, ¿Conseguiste la silla para- ” la voz de su amigo se quedó atascada en su garganta. El moreno se separó rápidamente del chico más pequeño y se giró hacia Harry, con el rostro teñido de un intenso color rojo.

“¡Harry! Cariño, encontré una mesa libre donde podríamos sentarnos” un chico oji-azul se acercó a ellos, con la mano puesta sobre su enorme barriga. Liam se quedó un poco atontado mirando la gran calabaza en la barriga del chico y tuvo que mirar a Ashton, que se quedó dormido con la cabeza sobre la barra.

“Zayn- ” fue cortado por la ronca voz de Liam.

“¿Tú estás embarazado?” preguntó con tono de sorpresa. Sonó tan infantil que Louis tuvo que reírse para después asentir.

“Será mejor que vayamos a sentarnos” murmuró Zayn. Pero Liam hizo un ruido de protesta y se pegó como una lapa a la espalda de Zayn.

“¡Pero aún no me has hecho el amor!” se quejó el adolescente borracho, dejando boquiabiertos a todos. El alcohol le afectaba demasiado. Si Liam estuviera sobrio, jamás habría dicho algo así.


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Espero que os guste❤
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-flowerhood

Mature [Ziam Mayne] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora