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Llegue finalmente al centro Holmes Chapel, después de tres cuartos de hora de viaje. Salí de la estación de trenes con la intensión de ir al Hogar de Luz a solicitar mi trabajo. Mucha gente iba y venía pero lo bueno es que eran rápidos no como el aeropuerto donde la gente no avanzaba tratando de encontrar el cartel con su nombre.

—¿Adonde la llevo señorita? —Preguntó el taxista que arrancaba el auto. 

—Al hogar de luz por favor. 

El viaje fue en silencio. Una vez el aparcó le di el dinero al hombre y de mi bolsillo saque un dólar de mas por su cortesía. Le agradecí despidiéndome de él.

Un edificio color mango con forma de un pequeño castillo con torres y rejas bien decoradas. Empuje la puerta y llegue a la mesa de una secretaria.

-Buenos días señorita, ¿en que puedo ayudarle? -Me pregunto con una sonrisa-

-Buenas tardes, vengo a solicitar trabajo. -La mujer asintió y reviso su computador. La señorita del escritorio tomo algunas de mis carpetas y documentos de información personal. Seguidamente me indicó la puerta a la que debía dirigirme y la hora a la que debía entrar a la oficina.

Una vez me retornó mis documentos abrí la puerta que me indicó dando lugar a un gran salón colorido repleto de niños uniformados de gris.

Me senté en una banca al lado de una niña que sostenía entre sus brazos una muñeca de trapo muy sucia y descocida. Sonreí al ver como la linda niña le hablaba entre susurro a su muñeca y acariciaba sus mechas de lana. La niña seguramente sintió mi mirada por lo cual volteo a verme con unos ojos llenos de intriga.

—¿Tu tienes una muñequita? —Me preguntó la niña dejándome sorprendida. Los niños podían tardar unos largos minutos en tener confianza con los desconocidos. Negué ante su pregunta y le sonreí. —Yo si, ella es Lady.

—Es muy hermosa. Tu y Lady —La niña sonrió ante mi comentario. —¿De donde la haz sacado?

—Mi abuelita me la hizo, pero ella murió hace mucho y mi tío me trajo aquí. —Dijo cabizbaja sin embargo la luz en sus ojos nunca dejó de brillar —Ella le daba un baño a Lady siempre, ahora esta sucia y Melissa y Wendy no dejan de burlarse de ella. 

—¿Son compañeras tuyas? —La niña asintió. —No dejes que ellas se burlen de Lady, ella es única igual que tu. 

—Dicen que Lady es igual de fea que yo solo porque las muñequitas de ellas son de Barbie.

—No hay mejor muñequita que una que es hecha por las manos de una abuelita. Estoy segura de que Lady es la más linda.

—Me llamo Amber. 

—Skyller —Le dí la mano antes de que saliera una mujer por la puerta de una oficina avisándome que era mi turno. Le sonreí a Amber antes de levantarme y dirigirme a la oficina

***

Luego de una sesión de preguntas...

—Bien, creo que eso es todo. Nosotros te estaremos llamando si tenemos noticias para ti en los próximos tres días. Podrías llenar esto y entregarlo a la señora que te ha atendido antiguamente. —Asentí mientras tomaba la hoja que me ofrecían y mi carpeta con mi información. Un boletín con mi información básica.-

—Gusto en conocerlos, gracias. — Dije antes de tomar mi mochila del suelo. Afuera de esta había la niña. Me senté en la banca a llenar los datos de la boleta. Coloque mi nombre, mi correo electrónico, dirección, numero de cédula, telefónico, el de Madison, el cual era opcional. Asentí una vez termine de llenar la boleta y me puse de pie, mire a la niña que me miraba con intriga, tenía unos 5 años tal vez. Me sonrió y le sonreí de vuelta

—Adiós. —Le dije antes de marcharme de ahí. Linda niña, cabello y ojos castaños, una boca rosa y realmente pequeña. Salí del hogar de luz luego de entregarle la boleta a la secretaria.


Llegue al apartamento luego de 40 minutos. No había nadie en casa, lo más seguro era que estuviera en la universidad así que deje mi mochila en el sillón y me fui a mi cuarto. Una conducta rara en mi ya que me gustaba que todo estuviera en orden. Tome mi teléfono de mi bolsillo y llame a Madison, a esta hora se supone que esta en receso. Luego de cuatro timbres me respondió-

"¿Acaso estás loca? Me has hecho pasar una vergüenza en clases."—Me reprocho, era un tomo molesto y gracioso. Reí con ella ya que recordé que las clases de los sábados a las 4:00 tiene clases con su romance.

"¡Exagerada!" —Le reproché riendo-

"Tú no viste la cara de Max, él y su grupo de seguidoras nudistas reían mientras el profesor me hacia una cara de mil diablos."

"Eso no es tan malo Maddie" —Dije riendo un poco mientras me apoyaba en el respaldo de la cama.

"Lo dices tu, la del cuadro de honor, ¿Cómo no es malo?"

"Eso no tiene nada que ver" -Bufé. Esta rió y continuo.

"¿Qué necesitas?" -Pregunto tosca y dura. Bufé por su actitud pero no le di importancia.

"Solo tenía que avisarte que ya que tú tienes el auto, ocupo que compres flores para el velorio de mañana." -Escuché silencio en la otra línea luego de varios murmullos.

"Sí, claro yo las compro, ¿Algo más?

"No, nada mas, ¿Te veré más tarde?" Le pregunte ya que no sabía si se quedaría a dormir en la universidad.

"Si, llego en la noche, me quedaré un rato con Zach y luego iré. Bye" -Me dijo rápida y agitadamente antes de cortarme la llamada. Reí un poco.

Puse una alarma en mi teléfono para las 3:00 así saber cuando tengo que partir de la casa antes de dejar el teléfono en la mesa de noche.

En cierta parte, estaba intrigada por lo que habia pasado en el incendio. Algo me quedaba inconcluso. No me parecía muy lógico lo de la fuga de gas, quería averiguar más. Realmente un caso se deja de investigar luego de diez años y mañana se cumplirían así que aunque lo de la fuga de gas no fuera cierto, ya mañana no se podría hacer nada. Fuga de gas se quedó.

Me recosté en la cama descansando mis ojos pero no pude evitarlo y caí rendida en los brazos de Morfeo.





Burn. |HS|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora