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Desde niño siempre había sido botado de un lugar hacia otro jamas había tenido la dicha de haberse sentido querido, un padre que le regalara juguetes y lo llevará al parque a pasear, una madre que le diera las buenas noches para después despedirse con un beso

La única razón por la que nunca recibió eso es porque es un "Omega" sus padres lo abandonaron a su suerte al enterarse de su situación, dejándolo afuera en aquel orfanato con su verdugo el dueño de ese lugar era despiadado con el solía golpearlo con un látigo patearlo porque olvidaba lavar un misero plato e incluso dejarlo sin comer todo un día como "castigo" así tendría "disciplina"

Ese "orfanato" se caracterizaba por una varias razones pero una de ellas era que los "omegas" al tener su primer "celo" o "calor" eran subastados por el o los mejores postores 

Esa noche era el día de la subasta esperaban a tener una cierta cantidad de omegas para subastar ya que así sus ganancias serian mayores los "omegas" vírgenes eran los de mayor valor y los que mas demandan tenían por aquel público tan retorcido en ocasiones

En ese lugar con un vestido blanco a tirantes llegando un poco mas arriba de las rodillas se encontraba la mercancía que se daría conocer casi al final de la subasta un chico de cabellos claros y ojos que parecían de gato con una tez blanca como la nieve y una esbelta y delicada figura además de joven que no pasaba de los 18 años su nombre Atsushi

— Pero... Yo no quiero ser vendido no soy un animal.... — entre sollozos decía el menor siendo consolado por uno de sus compañeros mayores —

— No llores Atsushi si el maestro te ve con los ojos irritados te golpeara de nuevo y encerrara — palmeaba su cabeza una joven de cabellos oscuros tratando de consolar de alguna manera al menor que solo intentaba con sus manos quitar rastros de sus lágrimas — Tal vez encuentres un buen alfa que te quiera —

— ¿Cree eso doctora Yosano? — su cara se ilumino ante aquello que su médico en aquel lugar le dijo —

— Por supuesto que si no todos los alfas son malos — se inclinó un poco a la altura del muchacho quitando los últimos rastros de lágrimas de su rostro — Además ve el lado bueno ya no tendrás que soportar los castigos del  director —

— Tal vez tengas razón y pueda encontrar a alguien que me quiera de verdad — sonrió animosamente —

Pero que equivocado estarías


En una de las mesas de aquel gran salón donde se llevaría acabó estaban dos hombres de la "Port Mafia" un hombre de cabellos oscuros amarrados en una ligera coleta de cabello y a su lado uno de sus subordinados un joven de cabellos oscuros que en las puntas mas alargadas de este eran color blanco una mirada que atemorizaría a cualquiera sin duda alguna

— ¡Que difícil es contigo Akutagawa! Ningún omega que hemos adquirido te ha gustado ¿que tienen de malo? — suspiro el mayor dejándose caer en la mesa recargado la cabeza en esta — Sólo falta un último por presentar — se levanto de su posición viendo como su acompañante miraba hacía el escenario principal —

— Recuerda que lo mejor siempre lo dejan al último momento y yo deseo solo lo mejor — se limito a decir con aquella voz tan seria y serena que lo caracterizaba —

— Tienes razón pero también es lo mas caro aunque bueno en eso no hay problema pero tan siquiera no los "desaparezca" tan rápido — suspiro el mayor mirando nuevamente al escenario —

Un amor complicado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora