Star dust

¿Eres tú?

Desperté por el sonido del agua cayendo de gota en gota por la cornisa de ventana, el cielo estaba totalmente despejado y por la puerta el viento arreciaba suavemente, no quise levantarme en ese momento por que recordé donde estaba, me gire con cuidado y al sentir una mano en mi cadera supe que el seguia aquí.
Levante la mirada para ver su rostro, suavemente acaricie su mechón de cabello y lo hice a un lado, para que sus ojos quedarán a la vista, mi vista, me gustaba contemplarlo, sus largas pestañas, sus cejas pobladas y gruesas, los pómulos tan acentuados, su mentón sobresaliente y por último los labios, esa era mi parte favorita, jamás había besado unos tan suaves y gruesos, simplemente me encantaban.
Tomé su brazo que estaba abrazando mi cadera y lo acomode de modo que quedará abrazándome, me gustaba esa calidez al estar con el, y de nuevo me dormí.

- Nena despierta - Un cálido beso se planta en mi frente, tratando de abrir los ojos siento otro más en el cuello. -Desperté, desperté - me siento en la cama de inmediato y volteo a verlo. - No me veas así, ya es tarde y necesitas desayunar, así que anda a cambiarte - Le suelto una especie de bufido y me vuelvo a recostar, busco sus manos para que me abrace, pero el ya se ha levantado, me hago un ovillo y me tapo por completo. - No quiero salir de la cama por hoy, ¿crees que pueda omitir lo de cambiarme?- le digo sin mucho ánimo, pues sé que su respuesta será no.
- Anda ven conmigo - Terminando de decir eso, sus manos toman mis pies y me levanta en su hombro sin el más mínimo esfuerzo, trato de hacerle cosquillas sin mucho éxito, así de que dejó que me lleve al closet, me baja y yo tomó asiento en un puff - Enserio no quiero vestirme, déjame con la pijama - él solo se limita a levantar una ceja y sonreír, me sonrojo de inmediato recordando lo que esconden sus hermosos labios, esa sonrisa esa maldita sonrisa, me levanto y lo abrazó por la espalda tratando de besar su cuello, el comienza a reír por lo complicado que es para mí, se voltea y me besa, sus labios son tan suaves, rápido se humedecen y nuestras lenguas comienzan a jugar, tomo sus labios y lo muerdo delicadamente, para así terminar.
- Me encantas- Dijo el y me abrazó.
De repente todo se hizo borroso y oscuro, tan oscuro que ya no distinguía mis manos, nada.

Desperté gritando por como se desvaneció todo, me senté en la cama y sentí como mis ojos se estaban humedeciendo, toque mi cabeza, estaba hecha un río de sudor frío.
Puse mis rodillas en mi cara y dejé que las lágrimas corrieran.
- Tranquila, solo fue un sueño, tranquila- me decía una y otra vez meciendome hacia delante y hacia atrás, apretando mi pecho contra mis piernas.