[[ Este es un fic que quiero dedicar a una de mis amigas más preciada, me ha ayudado mucho durante todo este tiempo en que la conozco. Además, fue la primera personita con la que rolee y me dio la bienvenida al fandom de Boku no héroe academia cuando llegue pollita con mi Todoroki. Gracias por el TodoDeku que hemos roleado 💕 Gracias por los momentos divertidos, Lily cariño ]]
La tarde dejaba ver por las ventanas de Yuuhei las peculiares tonalidades que el cielo alzaba inmensamente ante él. Un color nostálgico y cálido a su vez. El calor del verano se hacía presente acariciando su piel, mientras su andar, seguro y perezoso, le llevaba hasta el salón designado a la clase A de primer año. Todoroki no era olvidadizo, no solía dejar sus pertenencias abandonadas, pero aquel día sin embargo, el libro que recién había comenzado a leer había quedado bajo su mesa, Era viejo, con una tapa de cuero como esos que sólo podías encontrar en las librerías de segunda mano, y su trama, no era algo que particularmente atrajera a Todoroki, pero su madre le había se lo había regalado con esmero. Eso era suficiente como para que el semi albino desease centrar su lectura en cada letra impresa en las amarillentas páginas.
Abrió la puerta discretamente, ignorante de que aun quedase alguien a esas horas; mas no fue más que la sorpresa resaltando en sus ojos al percatarse de una mata de pelo verdoso y desordenado esparciéndose sobre la que era su mesa. Un sentimiento extraño le embargo rotundamente en su fuero interno al verlo inocente en aquel lugar. No parecía haber reaccionado a su llegada, pues Midoriya no levantó en ningún instante sus ojos para encontrarse con él
¿Por qué estaba sentado en su lugar? ¿Estaba dormido? Nunca había sido reacio a querer comprender las acciones u pensamientos de sus compañero, pero en ese momento, su corazón palpitaba como si de un reloj cucu se tratara al llegar a las doce en punto de la noche. Golpeaba fuerte y dolorosamente, ardiendo como el fuego en su interior. Deseaba indagar en la mente de Midoriya, por una vez entender que había estado sucediendo con el joven del Kosei aumentador de fuerza, en aquellos días.
Se acercó con sigilo, temeroso a que este repentinamente fuera a sobresaltarse, atento a algún movimiento que le indicara que Midoriya estaba atento a su repentino acorte de distancia. No era iluso, sabía a diestras y siniestra las evasiones que su amigo (si así pudiera llamarle, pues lo que menos deseaba Todoroki en ese momento era una amistad) había estado realizando. Al principio sólo ignoro las esquivas de Midoriya, pues el niño siempre había sido nervioso, pero pronto, un sentimiento de molestia y desconcierto se hizo participe de los abandonos que estaba recibiendo de este.
Se sentó en el asiento continuo frente a su escritorio, observando la tranquilidad que reflejaba la facción de Izuku, aquella que tanto le gustaba. Su lento y profundo respirar que poso a poco escapaba de sus labios eran lo único que llenaba la habitación.
«Esta dormido» se dijo al fin a sus adentro, mirando con cariño y una suave expresión al joven de abundantes pecas. Todoroki amaba Midoriya, habían pasado tantas cosas, pero el apoyo que su compañero le había brindado desde aquella pelea en el festival deportivo había logrado que su solitario corazón se sintiera agraciado, emocionado de no ser visto como una herramienta ante los ojos de alguien más. Con Midoriya no era el hijo de Endeavor, sólo era Shouto. Su compañero de clases, alguien que tenía la oportunidad de ser diferente a su padre. Izuku olvidaba todas las etiquetas o relaciones familiares que el semi albino pudiese tener, y aquello era lo que más cautivaba a Todoroki.
Tomo el libro que bajo la mesa se encontraba leyendo el título con cierto sentimiento en aquel momento, «El príncipe que encontró su corazón en el amor» Sus ojos abordaron la historia. Al igual que aquel príncipe que nunca fue capaz de ver más allá de sus deseos, había encontrado algo preciado, quería decir su sentir, pero las palabras nunca llegaban a escapar de él. Su mano acarició la del joven dormido con suavidad tomándola en la suya, viendo las marcas que habían quedado en ellas. Recordaba la angustia de Midoriya al saber que podría perder la movilidad, y nunca había dejado de sentir culpa por ellas. Había llevado al límite al niño, por un capricho, por sus deseos egoístas de callar la boca de su padre.
Una pequeña movilidad se sintió, y cuando unos ojos verdes se posaron en él, Todoroki apretó firmemente el agarre. Pudo notar las mejillas sonrojadas de Midoriya, in comprensivo a lo que había sucedido y percatándose en donde se encontraba.
-¡Yo... no es... no es lo que... -Intentó decir pero Todoroki sonrió ligeramente, con amabilidad, como si viera algo que realmente le gustase.
-Yo he venido por esto ¿conoce la historia?
Midoriya le miro confundido antes de negar aun con sus mejillas quemando. Parecía avergonzado mientras observaba sus manos unidas, una con la otra. Todoroki percibía el pequeño temblor, tal vez había llegado la hora de ser sincero con este, dejar que el dolor se alejara tanto de él como de la persona que amaba.
-Hace mucho tiempo, en un lejano reino donde el sol brillaba, un príncipe mal educado fue hechizado por una vieja hechicera, el príncipe que siempre había sido caprichoso y egoísta e incapaz de amar, fue condenado a permanecer con la apariencia de un niño y destinado a permanecer confinado en su castillo donde el tiempo se detuvo para él y todos los que vivían en el gran palacio. El príncipe odiaba a la anciana, y sabía que nunca lograría encontrar el amor como la vieja bruja había solicitado, pues ¿Quién podría amar a un niño con los ojos de una mujer? se sumió en la depresión y la tristeza —Todoroki hizo una pausa para enfocar su vista en la de su acompañante. Entonces sabía que la atención del joven pecoso estaba puesta en él. Continuó entonces—. Un día llegó una mujer de fuera, tenía múltiples heridas y solicito al joven príncipe resguardo. El príncipe que no deseaba ver a nadie fue convencido por los empleados de la casa a aceptar. pero el príncipe sabía que aquella mujer jamás le amaría. El tiempo transcurrió y día a día el príncipe conoció a la bella dama pues ella le trato como una persona. Como un adulto y no le importo que se viera como un niño. Comenzó a abrir su corazón que se mantuvo cerrado por diez años gracias a la bondad de la joven dama. Ella hizo su corazón latir, una sensación que jamás había sentido. "Es la primera vez que me siento así, quiero darle algo hermoso. Algo que la pueda sorprender" Pero el temor a ser rechazado era mucho mayor, una vez más estaba su dilema "Ella solo ve a un niño, jamás podría amar a alguien como yo". El corazón del príncipe comenzó a doler, hasta no poder respirar. sentía un profundo pesar. comenzó a evaluar su conducta y valoro como sus criados lo habían apoyado durante todo ese tiempo sin quejarse ni una sola vez. La mujer vio el trabajo duro del dueño del castillo y comenzó a crear sentimientos por él. El príncipe por fin sabía que es él amor, y llegó el día en que la joven debió partir. No volvería a verla, pues confinado estaba en el castillo para siempre. La joven dama miro triste al príncipe antes de partir «Fue divertido estar a su lado, gracias por haberme cuidado». Entonces el príncipe tomo valor y corrió ante ella, deteniéndola "Te amo, por favor ¿Podrías quedarte para siempre?" —Las palabras de Todoroki fueron dulces, al decir el dialogo del protagonista de la historia quería deja en claro su sentir. Firme y decidido—. Y ella respondió con una sonrisa "Espere escuchar esas palabras por mucho tiempo" se besaron. Tal como dijo la bruja, el príncipe volvió a ser adulto. Aprendiendo la lección de apreciar a otros gracias a la bella dama que había llegado a su vida y la maldición se rompió, dejando que los dos jóvenes fueran felices para siempre.
Midoriya le miraba con sorpresa, parecía no saber que decir. Dudoso. Temeroso.
—Todoroki...
—¿Qué le responderás al príncipe? —preguntó suavemente. Todoroki entonces sintió sus propias mejillas ardiente y su corazón luchando por no correr ante el miedo a aquella respuesta.
—He esperado esas palabras por mucho tiempo... —Dijo Midoriya con los ojos llorosos, sonriendo tan afable y acongojado. Todoroki no pudo más que levantarse medio jalar la mano que aun unía junto a la suya. sus brazos rodearon el menudo cuerpo temiendo que se escapara de su realidad. Amaba a Izuku tanto como el príncipe a la joven dama. Su corazón ahogado en sentimientos que le había querido decir ahora le liberaban de su sufrimiento.
—Te amo, Izuku. —Sonrió por primera vez tan amplio y sincero como en aquel momentos sus emociones escapaban por la felicidad. Sus labios besaron una y otra vez el rostro de quien había hecho suspirar por meses «Te amo, te amo...» lo repitió tantas veces como pudo. Pues ahora, ya no había nada que lo detuviera. Ni el miedo, ni el rechazo, pues su corazón sabía lo que era amar, y buscaría junto a su amada persona un «Felices por siempre».
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You are my love [TodoDeku] [OneShot]
FanfictionTodoroki amaba a izuku, pero el niño había estado evitándolo sin que el joven de doble Quirk pudiera ser sincero para con él. No estaba dispuesto a dejarlos sufrir más, y la magia de un cuento fue lo que les entrego un posible «Felices por siempre».