Prólogo

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— ¡NO LA TOQUES! — gritó Jade. Una chica de cabello largo y negro, pálida, labios medianos, delgada, de ojos verdes, nariz fina y una cara de preocupación mientras entraba al baño. El baño era mediano, tenía un azulejo azul y piso del mismo color. También tenía los típicos baños escolares, una taza y una puerta de color gris. En frente tenía unos finos y bellos lavabos blancos los cuales casi brillaban.
Todo era hermoso y reluciente hasta ver la esquina del baño, donde se encontraba Nancy una joven delgada y de cabello corto y castaño. La joven estaba acorralando a Stacy, ella no paraba de llorar a cubetadas, recargándose en la pared y deslizándose en la misma hasta llegar al suelo.
— ¡VETE!, ¡SÁLVATE JADE! — gritó Stacy mientras se deslizaba en la pared. Las lágrimas rodaban por sus mejillas y sus ojos marrones daban un aspecto de preocupación.
— ¡NO! — gritó Jade con un nudo en la garganta y los ojos cristalinos.
La chica de cabello corto empezó a reír sarcásticamente mientras aplaudía y se daba la media vuelta, logrando ver a Jade.
— Vaya, vaya, la puta de la escuela viene a salvar a la lesbiana, ¿desde cuando eres bisexual, Jade? — dijo Nancy con una sonrisa burlona y tono sarcástico mientras cruzaba los brazos.
— ¿En serio te molesta tanto que me haya acostado con Nate Cooper?, solo mírate, eres horrible. — contestó Jade, tomando su cabello con la mano y enrollándolo en su dedo índice. — ¿Y adivina qué?, esa noche Nate la pasó como nunca y... estoy esperando un hijo de él.
— ¿Qué? — dijo Nancy. Las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas mientras ponía sus manos detrás de ella y bajaba la mirada.
— Así es, estoy embarazada — afirmó Jade con una pequeña sonrisa malvada.
— Felicidades — murmuró Nancy, dando tres pasos hacia adelante, alzando la mirada y quedando cara a cara con Jade.
Estaban tan cerca que Jade notaba cada detalle del rostro de Nancy. Las lágrimas, sus ojos marrones, sus labios medianos y su nariz.
— ¿Quieres llorar? — preguntó Jade.
— Probablemente, pero seré feliz por lo voy a hacer — contestó Nancy en tono amenazador.

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