Su Nombre es Taemin

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—Tatúate mi nombre. 

—¿Qué?

Jonghyun miró sorprendido al precioso muchacho de veintidós años que estaba acostado junto a él en su cama.

Cabello castaño claro, lacio y largo, hasta los hombros, con el fleco ocultando sus ojos. Delgado, cuerpo curvilíneo por las clases de baile. Piel blanca como porcelana que contrastaba con la suya bronceada. Rasgos delicados que le daban un aspecto andrógino, pero precioso.

Ese era Taemin. Su Taemin por el cual llevaba loco desde hace tiempo y solo apenas hace unas semanas había logrado "conquistarlo" y últimamente, luego de salir a dar un paseo o ir a cenar a un elegante restaurante o después de ir a beber a un buen bar, terminaban en el departamento del mayor, amándose apasionadamente durante toda la noche.

—Que te tatúes mi nombre. —Taemin se hizo un lado el flequillo, para dejar al descubierto sus bellos ojos oscuros— ¿Lo harías? —Le preguntó mirándolo con inocencia.

Jonghyun era consciente de que esos ojos le mentían. Pese a su aspecto inocente, aquella mirada estaba llena de picardía y malicia. Porque su precioso Tae podría parecer un ángel, pero era el demonio en carne y hueso, y eso a él le encantaba.

—¿A qué viene esa repentina petición? —se acomodó mejor a su lado, con el codo apoyado en el colchón y su cabeza en su mano. La otra mano sostenía el cigarrillo que fumaba.

El menor se encogió de hombros, mirando el techo de la habitación.

—Me gustan los tatuajes de tu cuerpo. —La pequeña y delicada mano de Taemin se posó en el pecho del moreno y acarició aquella area— Me gustaría ver mi nombre plasmado allí. —sonrió ladino.

Jonghyun tuvo que contener un jadeo cuando sintió esa traviesa caricia. Le encantaba cuando las hermosas manos de Taemin le tocaban, pero no tanto cuando él tocaba al menor. Amaba darle placer.

—Pero si me hiciera un tatuaje con tu nombre... —Jong tomó una fuerte calada de su cigarrillo y dejó escapar el humo de sus húmedos labios— ...las personas creerían que soy de tu propiedad.

—Esa es la idea. —admitió sin vergüenza— quiero que todos sepan que eres solo MÍO, Kim Jonghyun.

El mayor sonrió mas amplió ante las palabras de su precioso ángel caído y se colocó encima de éste con cuidado de no lastimarlo. Una rodilla entre sus piernas.

—Pero yo ya soy todo tuyo, Lee Taemin. —El pequeño le veía mordiéndose el labio inferior— Y tú eres todo mío. —Le susurró en su oído y aprovechó para lamerle el lóbulo de su oreja.

Taemin se retorció y gimió leve ante la acción de su hyung. Aunque le encantaba que Jong le hiciera eso, enterró sus largos dedos en el cabello oscuro y lo jaló hacia atrás, despegando su boca de aquella área tan sensible.

—Vamos, hyung... hazlo por mi. —abultó sus labios en un adorable puchero.

Jonghyun se sintió tentado en morder aquel grueso labio inferior que resaltaba, aquel donde tenía una perforación. Tragó saliva, pasando una mano por el delicado rostro del joven.

—Eres un terco... —Le reprendió de broma.

—Por favor ¿Acaso no me amas? —Ya estaba empezando con el chantaje sentimental.

—Claro que si. No te atrevas a dudar de eso. —Le tomó con ambas manos, haciendo que le viera directamente a sus ojos cafés claros.

—Entonces hazlo... —pasó un dedo por la espalda de Jong, delineando su columna— Tienes tatuado en tu piel todo lo que amas. Quiero estar incluido.

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