Explotaste una noche.
Llenaste de fuegos artificiales mi habitación, quemar el paraíso de las mentiras te tomó solo un grito.
¿No estábamos jugando a mentir?
Solo bastó que un hombre tocará melodías sobre mis tacones para que los colores volvieran a su lugar.
¿Es verdad? ¿Te acostaste con ese infeliz?
Mierda Jimin, no grites tengo vecinos.
¿Pero puedes gritar con él no?
Guardo silencio y no puedo evitar sonreír.
¿Acaso imaginé todos los rumores? ¿Nunca existió la chica de los colores pastel? ¿Tanto alboroto solo por el chico de la batería?
Me miraste reír.
Reíste.
Voy a matar a ese infeliz, ya lo verás.
Las palabras rojas escapan de mis labios.
Las palabras mágicas te traen a mis brazos.