Prólogo

246 15 0
                                    

MARINETTE:

Hoy es el día, por fin pienso declararme a Adrien, el amor de mi vida, Alya me ha estado apoyando para no ponerme tan nerviosa frente a él, he decidido practicar una última vez antes de partir a la escuela, todo será después de clases ya había quedado con Alya.

Mire la pequeña caja de chocolates que yacía en mi cama, envuelta en un papel rojo y un moño blanco, hoy será el día en que mis sentimientos salgan a luz.

-Marinette, ¿no se te hace tarde para irte a clases?- Tikki salió de mi cama para mirarme- estás realmente linda hoy Marinette.

-Gracias Tikki- Le sonreí ligeramente poniéndome algo nerviosa- ¿Crees que Adrien diga lo mismo?

-¡Ve con todo Marinette! Él seguramente te aceptara- El pequeño kwami me abrazo para luego entrar a mi bolso- ¿lista?

-¡Lista!

Di una última mirada al espejo, realmente no me había arreglado mucho, solamente me había puesto un poco de brillo en los labios, deje mi cabello suelto y use un vestido coral de mangas largas y me llegaba hasta la rodilla, los zapatos eran lo de siempre, no me sentía tan cambiada, mire el reloj que ya marcaban las 8:50

-¡Voy a llegar tarde!- Tomé la caja de chocolates de mi cama y asegurándome de tener todo listo bajé las escaleras apresurada- ¡Adiós mamá, adiós papá!

Mis padres me sonrieron desde la puerta de la panadería y finalmente los perdí de vista, con cada minuto que pasaba, ese momento anhelado llegaría. El colegio se alzó grande frente a mis ojos, di un suspiro y entré, encontrándome con Alya quien me miro con la boca abierta.

-Cuando dijiste que te declararías no lo imagine de esa manera- Alya se burló de mi para después abrazarme- Todo estará bien, vayamos a clase, sabes que estoy contigo Marinette.

-Gracias Alya... espero que todo salga bien con Adrien.

Nos dirigimos al aula de clase y entramos, por suerte la maestra todavía no llegaba, pose mis ojos indiscretamente en Adrien, para luego morder un poco mi labio inferior y sonrojarme, sentí como Alya me empujaba hasta nuestros lugares y tome asiento, cuando llego la maestra lo único que podía hacer era ver el reloj... Pronto diría todo.

Heroina oscurecida- LadybugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora