Ese día hacía una tarde hermosa, ella aprovechó para salir a caminar igual que todos los días; fiel a su costumbre, se armó con su mochila, su diario y un libro. Ya tenía planeado su destino ese día, lo había descubierto por casualidad en el bosque unas semanas atrás cuando el crepúsculo yacía en el horizonte.
Sin embargo, no pudo entrar a explorar. Si llegaba tarde una vez más a su casa, tendría problemas y lo que menos le apetecía era dar pie a nuevos rumores en el pueblo. Ya tenía suficiente con los apodos de "rara" "gótica" y otros cuantos más. Siempre había querido pertenecer a algo, así fuese el grupo de personas más raras y peculiares en el instituto, pero incluso en ellos la evitaban.
Sabía que era diferente, pero eso no evitaba que sus compañeros y todo el pueblo especularan sobre ella y su familia. Según una de las escazas vecinas que vivía cerca de su casa, su familia era "maldad pura hasta la médula", a partir de ese día, ella dejó de practicar legemancia con las personas que se le cruzaban en el camino.
También se puede decir que se permitió abolir esa manía porque prefería pasar por ignorante ante la opinión de los demás. Le había costado trabajo, pero se afirmó a sí misma que era lo mejor.
Aunque, no todo era malo, podía ir a donde quería sin que nadie la siguiera, ni la interrogara, ni la acosara, por eso, esa tarde decidió explorar ese nuevo lugar; ¿quién sabe? Quizá se convertiría en su lugar favorito. Caminó despacio y con paso decidido mientras atravesaba el pueblo, irónicamente y a pesar de que no era raro verla a ella salir en las tardes hacia un rumbo desconocido, todas las personas parecías hacerle calle de honor a su paso, no importó en cuántas ocasiones se mostró amable y carismática, la gente nunca la aceptaría.
Al llegar al bosque, lo vio. El primer pequeño rasguño que le había hecho a un árbol cercano parecía resplandecer en aquel lugar, él la guiaría a su nuevo objetivo.
Así transcurrieron los minutos entre marca y marca hasta que lo encontró.
A simple vista parecía una casa abandonada (una gran y enorme casa). Se detuvo un instante para admirar el panorama y suprimió las ganas de sacar su diario y empezar a dibujar.
-No. Primero debo ver todo- se dijo a sí misma en voz baja mientras se acercaba con cautela hacia la casa.
Tropezó varias veces con rocas y pasto enredado en sus zapatos deportivos y cuando al fin estuvo cerca a la puerta se permitió echar un vistazo alrededor, las ramas de los árboles rastreros subían por las paredes y atravesaban las ventanas rotas, ofreciendo a la vista un retrato casi salvaje. Con mucho cuidado intentó averiguar cómo se abría la vieja y desgastada puerta, pero para su total sorpresa y satisfacción ésta se abrió lentamente; contrario a lo que se piensa de las casas abandonadas, ésta no olía mal cuando ella cruzó la entrada, todo lo contrario, olía a naturaleza y vida, tal vez un poco a humedad pero el tenue olor no era incómodo al olfato, las hojas secas crujieron bajo sus zapatos y de repente quedó frente a un largo pasillo.
Estaba todo lleno de polvo y hojas, las paredes habían perdido el color original de la pintura debido tal vez al agua lluvia, los marcos de las ventanas estaban oxidados y los pocos vidrios que no estaban rotos y de los que no sobresalía vegetación se encontraban empañados por una capa de suciedad que contrario a darle un mal aspecto solo magnificaba lo secreto y oculto de aquel lugar.
Arriba el techo de concreto parecía estar lleno de moho y fijándose bien hacia el frente, el pasillo no parecía tener fin, sin embargo, justo en el otro extremo de éste, destellaba una luz blanquecina como si una bombilla estuviese encendida incluso a plena luz del día.
Ella sabía que solo eran los rayos del sol, por lo que se le ocurrió que tal vez había otra entrada después de todo, comenzó a caminar directamente hacia el fondo con su corazón bombeando con fuerza en su pecho, hacía mucho que no sentía la misma adrenalina y excitación por algo nuevo, resistía el impulso de echarse a correr, pero sus zancadas eran cada vez más largas.
ESTÁS LEYENDO
JÁSON VILLE
Short StoryUna pequeña casualidad o tal vez una equivocación. Advertencia: Contenido erótico explícito.