-Y cuando no reste suficiente, os arrepentiréis de no haberlo usado con rectitud. Y cuando necesitéis apenas una mínima parte, no habrá para vosotros. No habrá para nadie. Y lloraréis haberlo desperdiciado. Y clamaréis al cielo, sin respuesta. Vuestros recuerdos os chirriarán vuestras mentes obstinadas en el ahora, sin pensar en el después ni en sus consecuencias. Y querréis usar todas esas monedas, inservibles, para comprar lo que nadie puede vender. Y los soberanos y dictadores caerán sobre sus rodillas y pedirán clemencia. El fin está cerca y todos seguís como si no se avecinara.
¿Seguís sin ver?¿No alcanzáis a ver los cielos de vuestra ilustre megápolis?
¿¡Nadie piensa hacer nada al respecto!?
¿¡ Habéis aceptado sin más o no sois conscientes del fatídico mal que nos aguarda!?-.Días después, se quebraron todos los relojes, se callaron todas las voces y se hizo la oscuridad.