De compras (1)

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Hacía un día tan soleado que resultaba asfixiante. Las temperaturas subían y la gente buscaba ansiosamente un poco de sombra.
El único lugar seguro eran las casas (las que tenían aire acondicionado), algunos centros comerciales y los bares en donde podías pedir algo fresquito.
Podría decir la playa y las piscinas, pero nuestra historia se desarrolla en un espacio cerrado.
Zoro y Sanji andaban por las tiendas buscando ropa elegante y colonia, pero sin salir del presupuesto, claro.
Sanji estaba buscando unos pantalones negros de su talla, lo cual no resultaba demasiado fácil ya que pocos le acomodaban.
-¿Qué te parecen este?- se lo enseñó a Zoro
-Ancho- respondió rodando los ojos
-No me pienso poner unas mallas, marimo, así que deja de decir que son demasiado anchos- le enseñó otro- ¿Qué tal este?
-Está bien
El rubio lo inspeccionó, e hizo una mueca
-No, es ancho
El peli verde quiso pegarse un tiro. O pegarselo a Sanji y así ser libre y huir de ese horrible lugar con música de bachata, correr hacia casa y tumbarse en el sofá con un refresco en la mano.
Pero no podía, no cuando quedaba tan poco. A demás, se podía perder.
Cuando salió de su trance, observó que su pareja, finalmente, se había decantado por un pantalón azul marino.
Se dirigió al probador, y al poco salió para pedirle opinión a Zoro
-¿Cómo me queda?
-Te queda bien, aunque deberías cogerlo negro, ya que el traje es de ese color
-Tienes razón- volvió a entrar, y luego sacó el brazo con el pantalón- pregunta si tienen de esta talla pero en negro
Zoro rodó los ojos y obedeció.
Digamos que no se sentía muy alegre: Tenía calor, allí había mucha gente, estaba agobiado, etc. Por eso, cuando la dependienta le entregó lo que quería, estuvo a nada de saltarle encima y abrazarle.
Se lo entregó a su novio más calmado, pues sabía que al fin podrían volver a casa, pero...
-Bien, voy a probarmelo
El mundo, definitivamente, le odiaba.
Se sentó en el suelo, ignorando las curiosas miradas de esas personas que entraban a los probadores y se preguntaban que hacía un joven comportándose como un niño malcriado.
-Oye marimo, ven a Ayudarme con esto
Entró abanicandose con la mano, sintiendo el aire muy cargado
-¿Qué quieres ero-cook?
Sanji se levantó un poco la camisa por detrás, dejando ver un cierre con cremallera
-Se me ha enganchado y no la puedo ni subir ni bajar. Se útil y arreglalo, anda
Hincó la rodilla en el suelo y, concentrado, intentó enmendar el problema.
No le costó mucho, pues tenía sus trucos, y en menos de dos minutos la cremallera subía y bajaba con facilidad.
Se fijo en su posición y en la de su acompañante, y no pudo evitar sonreír de forma traviesa.
Besó la espalda del rubio, haciendo que este sufriera un escalofrío.
Zoro rió, se puso en pie y le dio una nalgada
-Date prisa en salir, por favor
Le dejó solo, y Sanji sintió calor por su cara, viendo en el espejo como sus mejillas parecían tomates
"Será idiota" pensó sonriendo

¡Holo 🌚 linduras! De nuevo, no tengo excusa por haber estado tan inactiva :c.
Siento si han habido faltas de ortografía, pues tengo teléfono nuevo y he de acostumbrarme al teclado.
¿Les ha gustado? ¡Espero que sí :3!
Besitos mojaditos, abracitos apretaditos y café, mucho café 😍😍😍✋✋✋☕☕☕🍋🍋🍋

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