1: Atención deficiente

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Atención deficiente:

Problema que tiene cualquier semidios que afecta directamente a su atención y provoca que se le preste atención a cualquier bosca que vea pasar, excepto a lo que realmente necesita.

—¡Willson! —volvio su atención a la pizarra al escuchar que la llamaban— ¡Deje de estar en la luna y ponga atención! 

Se escucharon varias risas en el salón a lo que ella se avergonzo y trato de ignorar aquello siguiendo escribiendo en su libreta.

Consejo #1:
Nuncas mires a otra parte que no sea a la pizarra, puede que no veas realmente lo que este escrito.
Si no un punto o varios a su alrededor

Volvió su atención a la pizarra por un instante y vio como enfrente de ella estaba mirándola la representante del grupo. Para después tenderle un papel.

Era su examen de literatura.

Consejo #2:
Trata de en la tarde de practicar el "Poner Atención". En los exámenes ayuda mucho.

Miro su calificación y quiso saltar de alegría, ya que un 8 y un "mejora" venían en tinta roja escritos en la esquina superior derecha del examen.

—Pss... Jenn —llamo en un susurro a la chica que estaba a su lado— gracias por las respuestas

Y le paso una bolsa de un kilo de dulces de fresa y piña

—Y a ti por los dulces Willson —le dijo para giñarle un ojo y agarrar la bolsa de dulces— Algo extra, este va sin cargos.

Consejo #3:
O puedes conseguir a alguien que te pase las respuestas a un precio justo.

Miro el sobre que le paso la chica pandillera y lo miro con ensoñacion y con las grandes expetativas de que fuera una carta anónima de algún chico que gustaba de ella o una invitación a una gran fiesta.

Lo típico de alguien de su edad.

Pero solo era un anuncio del campamento sobre una convivencia con tu padre/madre divino en el no-se-que de invierno. Al cual no asistiria ese año, de nuevo.

Realmente no estaba preparada todavía para ver a su padre/madre divino, ¡Porque ni ella lo sabia! O simplemente lo ignoraba y trataba de vivir su vida lo más normal posible.

—Willson, dime que ahora si iras —le dijo su compañero de adelante volteando a verla— Ya van 2 años.

Entonces entro en si y se dio cuenta que la profesora ya se había ido y todo el salón estaba platicando y cambiando sus lugares por otros.

Consejo #4:
Trata de no fantasiar demasiado, puedes evitarte problemas, como una conversación incómoda.

—No, no iré esta vez —contesto con algo de oviedad— Quizás la próxima.

—¡Vamos Willson! —le regaño el chico— ¡Tienes que ver a tu progenitor divino! O si no seria como si no quisieras saber realmente quien eres.

—Yo soy Meredith Willson —le dijo con oviedad, para escuchar la campana— Y tu, mi amigo, solo un metiche.

Y salió del salón casi corriendo hacia su siguiente clase.

[...]

Miro de nuevo el papel escrito con una hermosa caligrafía en griego para después aficharlo con los otros 3 anuncios de lo mismo.

Se acostó en su camastro y saco uno de los libros de ficción que había podido robar de la librería de los hijos de Athenea su primer verano en el campamento.

Había veces que pensaba que era hija de Hermes.

Pero descartaba esa teoría al recordar la chocante relación que tenia con los hijos de Hermes cuando se quedo en su cabaña en ese verano.

Algo que le hacia sentir escalofríos con solo recordarlo.

Y entonces recordó algo que hacia qué le dieran más escalofríos que ese tenso ambiente entre hijos de Hermes y ella. Y no era nada más ni nada menos que la guerra.

La guerra contra Geia.

Se pensaba que los que no estuvieron involucrados en ello no sufririan la agobiante y asfixiante tensión que se vivía en el ambiente. Pero era mentira.

No sabia bien que es lo que pasaba o que, pero en esos momentos no podía dormir sentiendo la presencia de Geia y el tener el horrible presentimiento de que vendria por ella a penas al darse cuenta de que era una semidiosa.

Y aun tratando de quitar ese escalofriante recuerdo de lo que paso el verano pasado siguió con su lectura.

«Louis miro de nuevo por la rendija y le hizo una seña a Penny para que darle a entender que todo estaba despejado y que era seguro que podría pasar»

Estúpida Penny —penso algo indignada cambiando de página— ¿Como no te puedes dar cuenta de que ese sexy coreano te traiciona?

Y mordió con mas fuerza el separador de madera de su libro con ansias de ver que es lo que pasaba.

«Penny, solo al dar un paso más de su margen de seguridad, había sido degoyada por una extraña bola de metal que rápidamente succiono su cabeza y salió rodando de ahí
¡Louis los había traicionado!
¡Matando a Penny en el acto!
Pudiera que el sea el próximo »

—¡Te lo dije Pendejo! —grito indignada cerrando el libro con el separador marcando donde se había quedado— ¡¿Pero me hiciste caso?! ¡Nooooo! ¡Te dejaste llevar por sus amistades falsas y su asombroso conocimiento!

Ahora recuerdo porque no leía el libro

Dejó el libro en la mesita de noche y se levanto con dificultad del camastro y se dirigió hacia la cocina, recordando vagamente como es que había tenido la loca idea de poner un camastro en vez de una cama. Como cualquier persona.

Pero claro, ella no era cualquier persona, ella era una semidiosa.

Pero aun así, por más extraño que pareciera, no le incomodaba al dormir. Se sentía más relajada al dormir ahí sintiendo el suavemente baiben del pequeño impulso que se daba antes de dormir.

A lo que aun con cansancio giro sobre sus talones y regreso a la habitación para encender el aire acondicionado, agarrar de vuelta el libro y volverse a acostar en su camastro.

Ya que era inevitable que volviera a el, como además que realmente no tenia hambre. Solo iba a ver que podía piscar del refigerador o las alacenas.

Al ya estar cómoda no tardo mucho en quedarse dormida imaginando como Ellen y Luis peleaban por ver quien recorria el laberinto mortal en menos de 10 minutos antes de ser asesinados por un gas tóxico.

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⏰ Última actualización: May 07, 2017 ⏰

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