Where is Leila?

Prologo

Amy Rodden estaba sentada en su lugar de siempre en su cafetería de todos los días, era un típico martes nublado. Hace un mes atrás estaría con una sonrisa en la cara mientras que come su hamburguesa favorita. Pero hoy no tenia esa sonrisa, hace ya una semana que no estaba igual que antes, algo le faltaba, mejor dicho alguien le faltaba...

La castaña jugaba con sus dedos en espera de su pedido, no se daba cuenta pero la misma mesera que la había atendido no le sacaba la vista de encima; en ese pequeño pueblo todo el mundo se conocía, es tan fácil volverse "famoso", y Amy era famosa en aquel pueblo, no solo por ser hija del sheriff, nieta de un militar o hermana de unos de los mejores alumnos del colegio secundario, sino por ser mejor amiga de la chica desaparecida. Hace 40 años que no desaparecía alguien en aquel lugar. Rosewood era demasiado pequeño para que pasara algo interesante, y la desaparecían de la joven fue demasiado llamativo, que hizo que todo el pueblo supiera sobre la vida de Leila, y Amy formaba gran parte de su vida.

En la radio sonaba una canción bastante pegadiza de los 70's, la joven Rodden no puedo evitar pensar en su mejor amiga, ella amaba ese tipo de canciones. Es inevitable que no la extrañe...

Cuando al fin llego su querida hamburguesa de queso, Amy ya se había deprimido demasiado para querer comer, asique solo la dejo a lado y se quedo esperando a que su amigo apareciera. Louis Gibbs era muy conocido por siempre llegar tarde, asique su amiga ya estaba acostumbrada a tener que esperar como mínimo media hora hasta que el chico de ojos azules llegue.

15 minutos después de que le entregaran su pedido, llego Louis. Estaba desalineado; tenia grandes ojeras, los ojos rojos("seguro se habrá quedado llorando toda la noche" pensó Amy), el cabello todo despeinado, la ropa arrugada y seguramente sucia. El muchacho apenas se habia levantado cuando se dio cuenta que llegaba tarde a su cita con unas de sus mejores amigas. Paseo por el restaurante con pasos pesados y torpes, llevándose las miradas de todos los presentes, incluidos los ojos marrones de la joven que lo conocía hace 7 años.

El castaño se sento adelante de la persona que lo había estando esperando una media hora, sus ojos se cruzaron y en ambos se transmitieron pena mutua.

-Louis tenes que ir al colegio...-Rompio el silencio la morena mirándolo seriamente. Amy podía ser una de las personas mas divertidas, amables y para nada seria que puedas conocer en el mundo pero cuando se trataba de sus amigos, era distinta, los cuidaba con su alma.... Por eso le dolia tanto que Leila este desaparecida, en cierto punto siente que es su culpa.

-Mañana seguramente vaya...

-Lou.

-Esta bien, no pienso ir-Explico rápido con cierto nerviosismo.-No puedo ir, no puedo pasar por su casilleros, ni ir a las clases que compartíamos, todo me recuerda demasiado a ella...-Su cara se había enrojecido, Amy le agarro la mano tratando de que se relajara, dándole una mirada reconfortarle- Ni siquiera puedo salir de casa-Trago saliva fuertemente, aguantándose la ira, la tristeza y la desesperación que tenía en cima- No sabes lo que me costo venir hasta aca, tener que pasar por su casa. No puedo estar sin ella, y no quiero... Odio saber que no le dije lo mucho que la amaba, y nunca la voy a poder decírselo.

Amy no supo que responder asique hizo lo mejor que se puede hacer en un momento asi. Se levanto y lo abrazo. Su madre siempre le decía que un abrazo sincero puede ayudar mucha mas que un consejo.

Lou respondió el abrazo, hace mucho que lo necesitaba. Seguramente se habrán quedado así un par de minutos. Cuando se separaron ambos tenían los ojos rojos e hinchados, y las narices moqueando. Se sonrieron mutuamente, se extrañaban y este momento eran las personas que mas se necesitaban.

-Odio que nos miren tanto-Dijo Amy apoyándose en su amigo, acercando el plato.

-Y como no queres que nos miren... Si somos hermosos-Trato de hacer un chiste Lou, amy le sonrio sinceramente.

-¿Queres papas?

-Si, y muchas.

-Sabes que la van encontrar, no?- Le pregunto la joven acuariana con su esperanza de siempre. Su amigo solo hizo una mueca, esperando desde lo mas profundo de su alma que Leila se encontrara bien donde sea que este.