El Inicio

17 1 0
                                    

-Levantate bro, ya es hora.
Estas fueron las primeras palabras que Jesús escucho en su último día en esta tierra. Él estaba condenado a muerte por suspensamientos, por su mente,  él mismo quería matarse y le pidió ayuda a sus amigos para ejecutar la muerte. Mientras recorría el corredor, desde su cuarto hasta su cocina, recordó todo lo que pasó antes de llegar hasta ese punto.

1

Jesús era un chavo común y extraordinario, que le gustaba salir de fiesta con sus amigos y disfrutaba de la vida; lo que lo hacía diferente a los demás, es que el se interesaba mucho en sus estudios, le encantaba leer y de vez en cuando, escribía. Él era un joven dedicado, usaba unos lentes negros, su cabello largo de la parte de enfrente cubría una parte de su rostro. Jesús no era el tipico chico por el cual todas las chavas pelearían pero tenía lo suyo. Una tarde lluviosa, Alan estaba sentado en una banca felizmente escribiendo sobre el amor. Cosa que el nunca había experimentado y que deseaba conocer, cuando de la nada comenzó a  llover y fue al lugar más cercano para no mojarse tanto.

2

Rocío,por su parte, era una chica tierna, dulce, adorable, simpatica, alegre y muy bonita,no lo niego. Usaba unos lentes que cubrían sus hermosos ojos verdes, era chaparrita, tenía unos labios muy hermosos, su cabello siempre lo traía recojido pero suelto le llegaba hasta el final de la espalda. Su problema es que ella no creía eso. Le gustaba fingir, y le salí muy bien, ella quería que los demás creyeran también, ya que por dentro, Rocío estaba destrozada, desilucionada, tenía el corazón hecho pedasos,  aparentaba todas  las demas personas, con sus papás, con su hermana, sus amigas, con todas las personas a las que conocía. Ella estaba caminando en la calle, con el deseo de que viniera un carro y la atropellará, cosa que no pasó. En lugar de eso, empezó a llover fuertemente y busco un lugar en donde refugiarse de la lluvia.

3

Sus caminos se enlazaron, esa misma tarde lluviosa. Ambos chicos, Rocío y Jesús, entraron a la misma cafetería y al mismo tiempo. Caballerosamente Jesús le abrió la puerta a Rocío, cosa a la que ella reaccionó con una simple sonrisa y casi sin separar los labios murmuró -Gracias- , después de eso entró. Estaban haciendo fila para comprar; Catalina quería un café y Jesús un chocolate. Pidieron sus ordenes y se las entregaron 5 minutos después de haber ordenado . No había mas que una mesa disponible así que decidieron sentarse juntos. Dos extraños sentados en la misma mesa, wow eso no pasa todos los días. Jesús comenzó a hablar con ella porque sentía mucho interes de conocer a esa bella chica que estaba enfrente de él,  -por Dios que hermosa es- pensó Jesús. Comenzarón por los nombres, después las edades y los hobbies, terminó de llover y ellos seguían hablando. Dos extraños, sentados en la misma mesa, hablando sobre sus vidas como si se conocieran de años, vaya eso no pasa todos los días, esa conexión que enxontraron era extraña pero era buena. El celular de Rocío sonó, era su madre y sabía que debía de irse, se despidió de Jesús y  antes de irse, le dio su número de télefono, después él le dió el suyo a ella y felizmente los dos salieron de la cafetería.

4

Pasaron meses y cada día de la semana se mandaban mensajes,  nunca se quedaban sin temas de conversación, de la nada sacaban nuevos temas para platicar y siempre eran en una actitud positiva y feliz. Una tarde de otoño, sonó el celular de Jesús y era un mensaje de Rocío saludandolo y diciendole que necesitaba verlo en la cafeteria donde se conocieron. Jesús se levantó, tomó sus cosas y salió corriendo de su casa. Una vez ahí, busco a Rocio pero no la encontraba; finalmente se sentó en una mesa y una sombre se paró enfrente de él. Era Rocío y le dijó que si podían ir a otro lugar mas solitario; el sin dudarlo dijo que si y salieron de esa cafetería a donde meses después regresaría Jesús por su última taza de café.

5

Fueron a un pequeño parque al otro lado de la ciudad y ahí ella empezó a hablar.
Estoy mal Jesús -dijo ella-, tu conociste mi lado bueno, que es el que la mayoría de la gente conoce, pero siento que debo de contarte mi lado malo, el que solo la gente importante para mi y yo conocemos.-agacho la mirada y su cara figuró tristeza-.

¿Qué pasa Rocío? - dijó él con voz de preocupación-.

-Le muestra los brazos, en ellos mostraba cortaduras- lo hago todas las noches, cuando ya todos estan dormidos, me encierro en mi baño y con lagrimas en los ojos, lo empiezo a hacer -empiezan a salir lagrimas de sus ojos-

-Preocupado le pregunta- ¿Por qué lo haces?

Porque soy una basura -dice ella-soy un desecho de sociedad, una mundana, soy resultado de un condón roto -llora durante un largo rato-

-Jesús se levanta de la banca y levanta a Rocío- no es cierto, no eres eso Rocío -se acerca a ella y la abraza- tu eres mucho más que eso, eres una chica linda, hermosa, inteligente. -le da un beso en la frente- Todo tu una obra de arte, desde tus ojos que hacen una buena combinación con tu cabello, hasta tus piernas que te hacen lucir espectacular.
Ella sonrío, pero siguió llorando en su hombro, se quedaron juntos por un largo rato hasta que se oscurecio y dijó:
Ya es tarde, deberíamos de irnos.

-Ella asiente y se van juntos- Gracias por haber venido conmigo -dijo.

No es nada -replicó-, estaré para ti cuando me necesites

 LA HISTORIA SIN FINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora