Evelyn,la Guerrera y su hermano él Rey

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Rin se encontraba recostado contra un enorme árbol, cuyo tronco, ramas e incluso las hojas, eran negras. Era costumbre del pueblo decir que si te recostabas bajo un árbol como aquel, lo único que conseguirias sería pena y tristeza. Pero a Rin en realiadad eso no podía importarle menos, después de lo que había ocurrido.

El sol comenzó a salir lentamente, iluminando con sus rayos los cadáveres incinerados de aquellas personas que alguna vez fueron sus conciudadanos. Para el chico de cabellos oscuros solo existía una persona en el pueblo que merecía la muerte, y ese era el alcalde del pueblo. Pero ahora que no sólo él había muerto, sino también todos los demás, no estaba nada conforme, por el contrario, su sed de venganza se había aumentado de manera considerable, toda esta dirigida hacia una sola persona: El Rey.

Sus manos aún se encontraban manchadas con lágrimas y sangre de su ahora difunta hermana, recordaba las últimas palabras que le había dicho "Rin, asesina al rey, el fue quien ordenó todo esto... Matalo, por mi". Palabras que se habían quedado grabadas en el como si se las hubieran grabado con un hierro ardiente en la piel.

Las horas pasaban y Rin permanecía inmovil bajo aquel árbol, hasta que un cuervo llegando a ser más oscuro que el árbol en el que el muchacho se encontraba se posó en su hombro.

— Vaya, vaya, parece que aún sin el poder de un demonio los humanos pueden ser criaturas muy  destructivas — habló el cuervo a su oído. Rin no necesitó más para saber que ese cuervo era Daniel — me encanta esto, destrozar los pueblos y ver a sus pobladores retorcerse en el suelo agonizando y sufriendo --- graznó el cuervo agitando sus alas, como si se estuviera burlando del puelo, de los pobladores... de su hermana — creo que es una de mis mayo-...

No podiendo soportarlo más, el muchacho estalló en ira tomando el cuervo con fuerza y apretandolo en su mano

— ¿Por qué...? ¡¿Por qué tuviste que matar a mi hermana?! ¡Ella era la única inocente en este pueblo de porquería! ¡Y aún así la asesinaste a ella! — se lamentaba en una mezcla de rabia e impotencia el joven estampando el cuervo contra el suelo varias veces, casi quería asesinarlo ahí mismo.

Los golpes no se detenían, hasta que una luz negra brotó del cuervo y este se agitara de forma extraña hasta que las plumas del cuervo volaron en varias direcciones, nublando momentáneamente la vista del muchacho quien en cuanto pudo distinguir bien, solo pudo ver a Daniel en su forma habitual con su sombrero de copa y su bastón.

— debería aniquilarte para que aprendas a respetar a demonios superiores — comentó el demonio con ira mirando a Rin seriamente — por desgracia eso es algo que no puedo hacer aunque quiera, ya que el hecho de mantenerte con vida viene de ordenes mayores.

—¿A que te refieres con ordenes mayores? — inquirió el muchacho poniendose alerta por si algo llegaba a ocurrir

— Sigue tu camino al noreste de este pueblo, la guerrera es impaciente, sobre todo con pequeños amateurs como tú — dijo el demonio con una sonrisa perversa arrojando su sombrero al aire y él desapareciendo casi al instante — joven rin, espero que nuestro proximo encuentro sea cuando estés agonizando

No se escuchó nada más, por lo que Rin supuso que el demonio se había ido. Dirigió su mirada al noreste dandose cuenta que allí quedaba la salida del pueblo

No tenía otra opción, o seguía el camino que Daniel le había indicado o se quedaba en ese pueblo dejandose consumir por la ira hasta perder la cordura. Definitivamente la segunda opción no la iba a tomar, así que se colgó al hombro la espada del pueblo en su funda y se encaminó hacia la salida del pueblo

— así que una guerrera...

Llevaba ya algún tiempo caminando con la incomoda sensación de que alguien lo estaba observando, siguió su camino por un tiempo más hasta que escuchó un par de ramas partirse y el sonido del aire siendo cortado.

— tal vez sean las ardillas, o alguna que otra serpiente — se dijo a si mismo para tratar de tranquilizarse un poco — dicen que este clima las atrae
— cierto, el clima atrae a varias serpientes — comentó una voz femenina, de la cual Rin no lograba encontrar su origen — ¿Sabes? Dicen que las serpientes son un asesino silencioso, pero... Letal

Poco más de dos segundos después de culminada la frase Rin volvió a escuchar el sonido del aire siendo cortado, por lo que dio un brinco hacia atrás justo antes de que un par de dagas de empuñadura negra hubieran podido darle, pero por el contrario se clavaron en un árbol cerca suyo, al observarlas mejor notó que en su mango tenían grabado el símbolo de "la Guardia de la Nobleza"

— ¡¿Quien demonios eres?! — preguntó Rin nervioso por el ataque, hasta que vio a una silueta femenina bajar de la rama de un árbol y acercarse, entonces pudo distinguirla mejor. Llevaba puesta una armadura plateada, que se amoldaba perfectamente a su cuerpo como si hubiera sido hecha a medida, en su cinturón llevaba atado un látigo con varias dagas atadas en las puntas de este y muchas otras dagas en los otros lados del cinturón. No cabía duda de que ella era una de las guerreras de la Guardia de la nobleza.

— cierto, no me he presentado, como de todas formas voy a matarte supongo que lo puedes saber. Evelyn Moonlight, la segunda cabeza de los light's y jefa de la Guardia de la Nobleza, lo último que veras antes de morir — en cuanto hubo acabado la frase evelyn se lanzó hacia Rin arrojando sus dagas hacia el.

El muchacho evadia como podia las dagas valiendose de su funda, sin embargo su poca experiencia causó que dos de las dagas se clavaran en su brazo izquierdo. Al momento en que evelyn cayó al suelo, el muchacho a una gran velocidad atacó a la guerrera golpeandola con el mango de su espada en la frente, causandole un ligero mareo.

«¿Como? ¿Como es posible que un niño como este, sin ningún entrenamiento en combates haya podido siquiera golpearme?. Pero lo va a pagar, me asegurare de matar a este...»

— ¡Mocoso Insolente! — Gritó Evelyn sacando su látigo de su cinturón, dispuesta a acabar con su vida.

Rin no tenía escapatoria, su brazo izquierdo estaba bastante débil y a duras penas había podido bloquear los ataques de la guerrera, estaba perdido... sin embargo, antes de que pudiera siquiera acercarse a él, fue interrumpida por un tono de llamada proveniente de su celular.

— ¿Que demonios quieres ahora? — preguntó la muchacha con notable ira apenas contestó el celular. Se quedó callada por un momento escuchando lo que pronunciaban al otro lado de la linea, parecía que lo que le hubieran dicho había empeorado aún más su genio — y yo te dije que no puedes venir así como quieras a darme ordenes y esperar que las cumpla porque sí...

La guerrera chasqueo la lengua molesta apretando el agarre del látigo, se veía realmente furiosa.

— Bien, voy para allá — y dicho eso arrojó su celular contra uno de los árboles cercanos, rompiendolo en varios pedazos. Luego dirigió su mirada molesta hacia Rin, quien solo atinaba a sostener su brazo herido con su mano — Voy a volver por tu mocoso de mierda

Haciendo uso de la tecnología de punta de su Imperio (el cual era el más importante de los tres) comenzó a teletransportarse hacia un lugar desconocido para el muchacho; Hasta que desapareció.

~•~•

En algún lugar de el castillo del tercer imperio un par de guardias habrían las puertas que daban paso al salón del trono, en donde se encontraba Avalor recostado cómodamente en su trono.

— Y bien, "su majestad" ¿Cual era el afán que tenías por preservar la vida del mocoso? — preguntó la guerrera mirando a los fríos ojos de su hermano con furia

— Bueno ordenes son ordenes, y como mi subordinada debes aprender a cumplirlas. Además, sería una pena no poder presenciar la muerte del chico — Respondió el ahora rey del imperio con una sonrisa de superioridad — Si lo matas, tu rango va a bajar y no creo que quieras rebajarte a hacerlo. Por ahora solamente envía guardias de bajo rango a él, ya despué decidiremos si vale la pena o no...

Evelyn no lo dejó terminar, abandonó la sala del trono molesta caminando a su habitación a paso veloz

«No importa cuanto hagas, nunca vas a alcanzar a llegar ni a los talones de papá, idiota»

El sello del infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora