capitulo22

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Espera Kagome—dijo Sesshoumaru e intento tocarme pero una barrera lo impido entonces hablo Eriol mi cuarto guardián

-Lo mortal no puede tocar a lo divino—dijo

-Aquí tienen lo que resta de perla—y la puse en el suelo

-LA PERLA!!—dijo InuYasha

-Que sucede con ella—dijo Sango

-Podemos utilizarla—dijo Miroku

-Kagome podemos pedirle un deseo a la perla—dijeron todos

-Es cierto—pero dude—pero InuYasha su sueño

-Eso no importa, lo que importa es que estés con nosotros Kagome no puedes dejarnos—dijo con madurez InuYasha

-En serio—dije

-Si—dijo el 

-Ok denme los trozos—dijo Kikyo concentrándose purifico la perla y la unió—OH perla que tantas desgracias has traído, hoy una humilde servidora viene a pedir un deseo

-Cual es tu deseo querida Kikyo—pregunto la escensía de la perla

-Una amiga, que yo quiero sea convertido en Diosa para salvarnos, pero su lugar no es el cielo si no en la tierra con su amado—dijo Kikyo—queremos que vuelva a ser Youkai para que puede ser feliz con su ser amado

-Si eso es lo que deseas así será—dijo la perla y una brisa envolvió a Kagome y volvió a ser la misma Youkai de ojos rojos y cabello azabache, de bellos atributos, pero las heridas seguían y si no se movían se moriría

-Gracias perla de Shikon—dijo Kikyo

-Kagome—grito Sesshoumaru y la tomo antes de que cayera desmayada

-te amo seshoo…—dijo Kagome en un suspiro

-Vamos ay que movernos—dijo InuYasha 

-Ah donde iremos todo queda lejos—dijo Miroku

-Yo los ayudare—dijo Eriol—y una luz blanca los rodeo y estaban en la aldea de la anciana Kaede 

-Oh! Por Kami que les paso—dijo la anciana Kaede preocupada

-Derrotamos a Naraku!!—dijo Sango

-AH!!!—grito la mujer con emoción

-Por favor ayuden a Kagome esta muriendo—dijo Sesshoumaru

-Si claro vamos pasen hay que curarles todas esas heridas—la anciana Kaede cuando vio la herida de Kagome le falto poco para desmayarse, los curaron a todos estaban descansando, ya había pasado una semana y Kagome no despertaba, Sango y Miroku estaban bien solo tenían unos cuantos hematomas y raspones, Kikyo estaba totalmente recuperada, InuYasha el por ser Hanyou sano rápido al igual que Sessho que no se separaba de Kagome una tarde al principio de la semana

-Pobre Kagome todavía no despierta—dijo Sango

-Si solo espero que despierte Sesshoumaru se ve muy preocupado—dijo Kikyo nostálgicamente

-Si se nota que Sesshoumaru la ama—dijo El monje Miroku

-Fhe!! Ella siempre se recupera hierva mala nunca muere—dijo InuYasha sentado en su forma de indio

-Vamos InuYasha vas a decir que no estas preocupado por la Srta. Kagome—dijo el monje miroku

-Si lo estoy, pero no es para mal, ella siempre despierta—dijo InuYasha confiado

-Y si no lo hace y si se queda así para siempre—dijo apunto de llorar Sango

-Eso nunca sucederá ella es fuerte—dijo InuYasha

-Yo ya vuelvo—dijo Sango y salio corriendo rumbo al lago que quedaba cerca de la aldea

-Sango espera—dijo Miroku Corriendo tras ella

-Miroku…Espera—dijo InuYasha

-No déjalos necesitan estar solos—lo interrumpió Kikyo

-Kikyo…—susurro InuYasha y la tomo de la cintura y acerco su cara pudiendo sentir el calido aliento de la Miko sobre sus labios

-InuYasha….—dijo Kikyo viendo a su amado Hanyou

-Te amo Kikyo—le dijo tiernamente InuYasha mientras la besaba con devoción y amor

-Y yo a ti InuYasha—dijo en el beso correspondiéndole con el mismo fervor 

&&&&&&&&&&&&&&&&&Con Sango y Miroku&&&&&&&&&&&&&&&&&

-Sango espera por favor—dijo Miroku alcanzándola tomándola del brazo

-No por favor su excelencia déjeme estar sola—dijo sollozando Sango sin voltear su cuerpo

-No Sango no me gusta que estés mal—dijo Miroku volteándola y viéndola a los ojos, tomo su mentón y la obligo a verlo a los ojos—dime por que lloras

-Es que si Kagome se muere ya no tendré a alguien en quien confiar—dijo Sango llorando

-Claro que no Sango—dijo mientras la abrazaba—siempre no has tenido a nosotros, Naraku mato a Kohaku antes de la pelea y hay estábamos todos para apoyarte

-Si su excelencia discúlpeme tiene razón fui una tonta—dijo mirando al piso

-No Sango no eres tonta además me tienes a mi—dijo Miroku mirándola con amor

-A usted—dijo mirándola sorprendida

-Claro que si Sango yo te amo—dijo Miroku con amor y antes de que Sango pudiera responder este la tomo de la cintura y la acerco a su boca

la nueva kagomeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora