MALENAPapá llego mucho antes del trabajo, porqué queria darnos una noticia. Me levanté de mala gana y me fui a duchar, últimamente las noticias en esta casa eran todas malas. Pasados unos minutos baje las escaleras hasta el salon, y estaban Pancho y Mamá junto a papá y Maria, sonreí lo mejor que pude y me senté en una esquina con mi celular, ver los memes que me enviaba Rodrigo era más divertido que una junta familiar.
—Malena, por favor. —dijo papá mirandome mal. —Baja las piernas de la mesa y guarda ese celular. La noticia es muy importante para mi y tu madre.
Rodé los ojos y le hice caso, de mala manera me crucé de brazos. Ojala estuviera la tía Susan, ella hacía de estos momentos algo más divertidos, incluso estar en la facu ahora, sería menos aburrido.
—Cuando yo y su madre, eramos adolescentes. Teníamos un mini grupito. —la misma historia de siempre, ya me la sabía de memoria. —Con Alfredo y Verónica solíamos salir de vez en cuando a boliches, fiestas, lo que hacen algunos adolescentes a esa edad. —no me miró. Porque justamente yo no era de esas adolescentes. No me apetecían las fiestas. Prefería un libro o una buena serie en netflix. —El punto, es que perdieron la casa, y yo me comprometi a ayudarlos. Al igual que su madre.
No estaba entendiendo del todo lo que quería decir, y creo que tampoco me importaba. Papá daba muchas vueltas y no iba al punto exacto. Eso me ponía nerviosa, al menos yo era más directa en algunos casos.
—Se van a quedar a convivir con nosotros por unos meses. —dijo Mamá ayudándolo un poco. La miré detenidamente.
—Ufaa, y yo que tengo que ver. —dijo panchito enojado. —Yo quiero comida.
Me reí de la situación y le choque los cinco. Sin embargo, yo pregunte lo mismo.
—¿Y yo que tengo que ver en todo esto Mamá?
Ella me miró y sonrió dulcemente.
—Alfredo y Verónica tienen dos hijos, uno de tu edad y un nena de la edad de Pancho. —Papá se sento a mi lado y posó su mano en mi hombro.
—Julian es un chico mandado, muy adolescente y es un CHICO. —resalto la última palabra. —No quiero secretos en esta casa, no bajo mi techo. —¿El pensaba que yo estaría con el tal Julian? Ni le conocía. —Pero sí, que seas educada y lo más amable posible. Aca no tienen amigos y se sentirán solos. Lo mismo corre para vos. —lo miro a pancho. Luego se paró.
—En fin. —suspiro. —Las habitaciones serán compartidas, Malena con Elenita y Panchito con Julian. —posó sus brazos en jarra y por último dijo. —Las nenas con las nenas y los nenes con los nenes. Arreglensen como puedan, los Serrano llegan esta noche.
—Señor, ¿que quiere que prepare para la cena? —preguntó Maria.
—Sorprendenos. —le respondió.
Dicho esto, tomo a mamá de la cintura y le dio un beso en la mejilla. Salieron junto con Pancho a la alberca, y María detrás llevándoles sandwiches y Limonada.
Corrí a mi habitación y revise mi armario, tampoco era muy fan de la moda y mayormente solía tener ropa holgada, un número mayor que mi talla. Nunca me importo lo que pensaran de mi, ni tampoco me importaba el hecho de no tener novio. Siempre dije, que si alguien te quiere de verdad, debe aceptarte como sos y no tratar de cambiarte. Sin embargo, sentía que esta noche era distinta, y no queria ser ni aparentar, la oveja negra de la familia. Opte por elegir un vaquero pitillo, azul oscuro, combinado con un top blanco y unos tenis del mismo color. Sencilla pero creo que bastante linda. Use la base que me regalo Susan y cogí mi teléfono.
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Mirame ©
RomanceJulian Serrano llegara a la estructurada vida de Malena Narvay para darle color y vida.