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Min Yoongi era todo lo que Namjoon quería y necesitaba, lo que admiraba y amaba.

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Podía sentir el viento colándose entre su camisa y erizando su piel. Se acomodó mejor contra la pared, masajeo el puente de su nariz -levantando un poco las gafas- y cerró los ojos mientras llevaba el cigarrillo a sus labios y le daba la primera calada. Aun recordaba la última vez que tuvo uno de esos entre los labios pero sobre todo recordaba el motivo de dejar ese vicio.

Fue una madrugada de verano, taza de café -porque el menor no podía vivir sin el- en una mano, encendedor en la otra y la caja de cigarrillos en la bolsa de los pantalones deportivos que se había puesto hacía menos de dos minutos, había salido al balcón dejando a Yoongi durmiendo en la cama.

Suspiro y dio el primer sorbo a su café, sintiendo el amargo sabor en su boca pero disfrutando del mismo, jugo con el encendedor -prendiéndolo y apagándolo- unos minutos antes de darle el ultimo sorbo y dejar la taza en el suelo. Saco un cigarrillo al azar y lo llevo a sus labios dispuesto a encenderlo pero la voz de su pálido novio lo detuvo.

—Deja de fumar esa mierda Nam.

La voz ronca del mayor le tomó por sorpresa unos segundos. Negó y sonrió fugazmente encendiéndolo.

—Hyung— dio una calada y luego soltó el humo lentamente— si me dijeras que salte del 63 building lo haría sin dudarlo, pero no me puedes pedir que deje de fumar.

—Lo diré una vez más Joon— sintió los delgados brazos del mayor rodearle la cintura y sonrió— Deja de fumar esa mierda— se estremeció cuando el más bajo beso su espalda aun con la camisa de por medio— apágalo y volvamos a la cama.

Su voz fue amortiguada por la espalda del menor, restregó su cara en esta y aspiro el aroma a suavizante que estaba impregnado en la ropa del más alto.

—Hyung.

—Nam.

Sonrieron aun sin mirarse. Apago el cigarrillo y se apoyó en la barandilla con el mayor abrazándole por la espalda.

Sus respiraciones eran pacíficas, acompasadas pero sobre todo tranquilizadoras el uno para el otro. Solo ellos podían calmar hasta el más fiero de los demonios del contrario.

—Volvamos a la cama Nam.

Su voz sonó adormilada, el menor asintió con la cabeza aun sabiendo que Yoongi no le veía. Giro y Yoon gruño ligeramente cuando su cara choco con el pecho Nam.

—Sabes que si volvemos a la cama lo último que harás será dormir.

—Crees que si no lo supiera te lo pediría.

Sonrió de lado y Nam se enamoró un poco más -si es que eso era posible- del mayor.

Lo tomo de la cintura delicadamente y se inclinó un poco hacia adelante para atrapar los labios ajenos, las manos del mayor se aferraron a la camisa del moreno y retrocedió jalando al menor.

Sus respiraciones agitadas inundaron el pequeño cuarto, las manos del rubio se pasearon por la espalda del pelinegro y sonrió con sorna cuando el mayor gimió, sus piernas chocaron con la cama y se separó un momento para recuperar un poco de aire, suspiro y sin dejar de ver a Nam le ayudo a sacarse la camisa.

Después de eso y contra todo pronóstico Nam había dejado de fumar, claro que no fue de golpe, le costó y muchas veces quiso encender y darle una calada a algún cigarrillo, pero Yoongi siempre estuvo para decirle que por cada cigarrillo que se fumara era una noche menos de sexo y no es que su relación se basara solo en eso, no, era que el mayor solía dormir en la habitación de invitados para "castigarlo" y él estaba demasiado acostumbrado a sentir la calidez de Yoongi, estaba acostumbrado a que el pelinegro se acurrucara en su pecho y dejara leves besos en este, sin segundas intenciones más como un acto reflejo que otra cosa. Estaba perdidamente enamorado.

🍃Inefable~NamGi🍃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora