Prólogo.

40 4 6
                                    

La chica aún seguía pensando en la idea de su amiga. Deseaba esto tanto como ella. Era su pasión, lo que amaba hacer y no podía desechar algo así, algo que le podría abrir las puertas a su mayor sueño.

No sabía si era lo correcto, si era lo que el destino le tenía preparado.

Tenía miedo. Miedo al rechazo. ¿Qué tal si todos las terminan odiando porque no son "lo suficientemente buenas"? ¿Y si no consiguen el apoyo de nadie?

Ya tenía en claro que su madre la apoyaba en todas sus desiciones. Sobre ésta. Su padre también, pero él señor no era de esa clase de tipos que alentaban y estaban ahí con hermosas palabras para sus hijos. No. Para él un "te apoyo en todas tus desiciones" era suficiente.

Mordía su labio inferior con algo de fuerza. Sinceramente no sabía que hacer. No quería levantar la mirada porque sabía que se encontraría con seis chicas esperando un "sí" de parte de la chica.

Se atrevió a verlas, arqueado una cena en forma de nerviosismo.

—¿Entonces...? —habla una de ellas apresurado a la chica. La habitación quedó otra vez en silencio, un silencio incómodo, en el que ella no podía escapar sin antes dar respuestas.

La chica iba a hablar pero volvió a cerrar su boca, siguiéndole otra de las chicas a hablar...

—Sabemos que tienes miedo. De que nos insulten y no les guste lo que hacemos. Pero, no hay que verle todo el tiempo el lado negativo a las cosas —levanta la mirada todavía mordiendo su labio inferior, se lo rompería si seguía así— Una vez una persona me dijo "si no lo intentas, no sabrás nunca lo que pasará" —la chica sonríe sabiendo que era ella esa persona— así que... ¡Hay que intentarlo! No sabremos nunca las millones de cosas que nos están esperando detrás de esa puerta si nos quedamos aquí...

De pronto una de las chicas se levanta de la cama ajena y corre hacia la puerta.

—Pues efectivamente acertaste —sonríe la pelirroja dejando mostrar toda su dentadura blanca— nos vinieron a alimentar.

Todas ríen al unísono al ver a la madre de la responsable de la habitación con una bandeja de golosinas y refrescos.

—Pues... les traje esto, especialmente por ti Hye —dice la señora apuntando a la chica que había abierto la puerta. Ella suelta una risita algo avergonzada— bueno chicas, debo de salir a hacer unas compras, así que se quedarán solas.

Todas asienten muchas veces.

—No se preocupe, yo, Park Soo Min cuidaré de éstas señoritas revoltosas así sea lo último que haga —dice firme.

—¡Oh vamos! ni que fuéramos bebés —habla Hye, ganándose las miradas de todas saqueando una ceja— ¡yo no soy una bebé! —hace puchero.

—Dejaré la charla por aquí, ya que se me hará más tarde —habla de nuevo la madre de la chica — las veo más tarde.

Coerra la puerta del cuarto y seguidamente de eso se escucha la puerta de entrada principal cerrarse, lo que indica que ya se fue.

Todo volvió a quedar en silencio, porque sabían que había un tema por terminar, en el cual una de las chicas no sabía que hacer o decir.

—Creo que ya tomé una desición —por fin se escucha la voz de la chica en ese cuarto.

—¿Entonces? —se le apresura una de las chicas desde la cama ajena con un tono de interés y desesperación por saber la desición de la chica.

Empezó a jugar con sus dedos. No sabía si era lo correcto. Sólo lo pensó un poco más y eligió que camino era mejor, según ella.

—¿Queda espacio para una séptima chica?

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 17, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Seven Girls ❣ BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora