Esperanza en mi nuevo amanecer

Capitulo 9

ELENA

Me desperté tranquilamente en su cama. Normalmente después de violarme y pegarme me hace dormir en otra habitación pero esta vez no. En la cama ya no está Kevin y decido levantarme después de revolverme y mirarme todos los morados  de mi piel y las heridas. Son muchas. No sé cómo me voy a tapar todo esto cuando tenga que salir de casa para ir a algún sitio. Grito su nombre por toda la casa pero no está. Me levanto del sofa para ir a buscar una buena taza de café bien caliente. Hace frio o algo por el estilo porque creo que yo ya no siento amsolutamente nada. Ni dolor ni felicidad ni sufrimiento. Solamente rencor.  
Durante 30 minutos me estoy pensando en escapar mientras me tomo esa taza de café. Finalmente decido hacerlo. No se que va a ocurrir despues de lo que vaya a hacer.  Me preparo la mochila con ropa, un poco de dinero, muchos pañuelos para poder taparme las heridas. Sigo teniendo la herida  de la cara del cristal del espejo. Creo que no me da tiempo a curarmela porque falta poco para que llege el monstruo. Voy corriendo a la cocina para buscar el bolso con mis llaves y lo que encuentro es todo revuelto. La mitad de mis cosas están por el suelo pero no me digno a cogerlas. Busco las llaves pero no aparecen. No lo entiendo yo las deje en el bolso. Vuelvo a mirar dentro y definitivamente no están. Corro hacia la puerta e intentó abrirla pero no se abre. La cerradura es diferente. Ha cambia toda la cerradura y se ha llevado mis llaves. 

Como voy a salir ahora? Y las lágrimas empiezan a correr por mis heridas del rostro. Tengo que pensar como salir de aquí. Las ventanas tiene barrotes pero llevo semanas intentando romperlos. Hoy tengo que lograrlo. Vuelve del trabajo en 2 horas.

Llevo ya una de las horas gastadas y mi libertad está más cerca. Mierda! Oigo un ruido en la nueva cerradura. Esta metiendo  la llave. Con un empujon de todas mis últimas fuerzas consigo tirar uno a bajo. No me de tiempo de llegar a la mochila preparada así que me tendré que ir sin ella. La puerta está abierta. Ya ha entrado. O salto y caigo al vacio o acabaré asesinada por él. 

Solto! Al hacerlo de una manera tan brusca me rozo una de las mejillas con el barote. Nuevamente se me hace una herida. Esta vez me ha hecho mucho daño pero no me detengo a llorar por algo que ya ha pasado. Porque ya no siento nada. Salgo corriendo a esconderme detrás de un arbusto y oigo como el va gritando mi nombre! Se asoma a la ventana y creo que no me está viendo.

Se aleja de la venta y se va a dentro de casa. Tengo que salir de aquí, de esta carcel. Huyo corriendo y decido esconderme en un parque a diez  manzanas de casa. La gente me va mirando y algunos me han parado para preguntarme si estoy bien y que tengo que ir al hospital. Al fin y al cabo sigo con el pijama corto de verano y todos sus puñetazos, manotazos y golpes se ven a simple vista.