Cántame

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Ya han pasado cinco años desde que Edward y yo estamos saliendo juntos. Nunca hemos podido formalizar la relación porque él viaja mucho, para ser más específicos, siempre está de gira por todo el mundo ya que es cantante de música balada-pop. Es un solista muy famoso que en tan sólo tres años de carrera artística ha ascendido muy rápidamente a los primeros lugares como más escuchados.

Yo por mi parte, siempre he estado en los momentos más difíciles, dándole apoyo cuando toda su familia le dio la espalda ante su sueño de convertirse en cantante famoso, pero sinceramente creo que esto, su carrera, se está poniendo en medio de nuestra relación. Lo que ayer nos unió… hoy nos separa.

No digo que él no esté al pendiente de lo que me ocurre siempre o que se le haya subido la fama a la cabeza y ahora me trate con indiferencia, no. Es todo lo contrario, siempre se ha mostrado conmigo de la misma forma; siempre es el Edward dulce, humilde y cariñoso que conocí, lleno de sueños y expectativas por alcanzar, pero también un chico que me ama con entrega y locura… igual que yo a él. El problema es que casi no nos vemos. Últimamente hemos pasado 6 meses sin estar juntos, comunicándonos únicamente a través de correos, llamadas a larga distancia y video-llamadas por chat. Esto sin duda es realmente frustrante y desalentador cuando lo que quieres y en lo que sólo piensas en estar con esa persona que no está.

Afortunadamente hoy sería un gran día. Estaba realmente contenta porque justamente hoy Edward regresaba de su gira y podríamos vernos. Pero una llamada bastó para que mi alma cayera al suelo.

"¿Bueno?" contesté a tempranas horas de la mañana aún soñolienta.

"¡Bella! ¡Mi amor!" escuche esa voz que yo tanto amaba, al otro lado de la línea. Estaba cargada de gran entusiasmo. "Soy yo, Edward".

"¡Edward!" de repente todo mi sueño se esfumó. "¿Ya llegaste? ¿Cómo te encuentras? ¿Dónde estás? ¿Cuándo vendrás a casa?

"¡Ey! Una pregunta a la vez, por favor" rió. Sólo su risa me hizo suspirar. "Sí, ya llegué, súper agotado y aún me encuentro en el aeropuerto" respondió respectivamente a mis preguntas. "Estoy súper feliz de volver a mi país y por sobre todo… poder estar cerca de ti. Te amo mi Bella.

"Yo también te amo mi vida" era tan lindo que me llamara de esa manera que hasta me hizo volar –literalmente- por encima de la cama.

Estuvimos charlando sobre su gira por un largo rato, hasta que caí en cuenta de que aún él no me había mencionado nada sobre el hecho de vernos. Eso era extrañamente inusual en él.

"¿Edward?" de repente todo mi humor se esfumó, dándole paso a la duda.

"¿Sí?" preguntó él.

"¿Cuándo vendrás a casa?" y cuando digo casa no me refiero a que vivimos juntos, sino que él pasa por aquí de vez en cuando –cuando su trabajo se lo permite- y se queda a dormir conmigo, ya que vivo sola.

Se hizo un incómodo silencio.

"¿Edward? ¿Sigues ahí?" indagué a la línea muda.

"Sí amor" enmudeció de nuevo, sólo que por este momento fue por poco tiempo. "Tengo que decirte algo, pero por favor, promete no enrojarte ¿ok?

"¿De acuerdo?" no estaba segura de poder cumplir con esa promesa, sobre todo si lo decía con ese tono sospechoso, como si lo que tendría que decirme no me agradaría. Esto se me estaba haciendo muy extraño.

"No podremos vernos" soltó de sopetón, y antes que yo pudiese replicar ya él me estaba explicando el por qué. "Se ha presentado cierto contratiempo y los conciertos que estaban pautados para dentro de una semana han sido adelantados, así que comenzaremos hoy. Lo siento Bella, no sabes las ganas que tengo de verte". Ahora quien se mantenía cayada era yo. "¿Bella?".

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